Nada, que no hay manera. El mundo ya es otro, y apenas hay cosas de las que hablar que no sean sobre la maldita pandemia. La paradoja es que incluso para distraerse, que era nuestra intención en este blog, también los hay que tiran por ese tema, tratando precisamente de usar el humor como arma defensiva.
En la antepenúltima entrada, justo antes de que el mundo se parase, hablamos de cómo se puede vivir de eso de crear videojuegos. Bueno, pues hoy retomamos la temática relacionada con el mundo gamer, en otro ámbito del que también han surgido nuevos profesionales: los jugadores de eSports.
Cuántos jóvenes jugones habrán soñado en más de una ocasión con dedicarse a la creación y/o programación de videojuegos. Yo mismo recuerdo, siendo un chaval en los años 90, coger el manual de usuario de mi añorado Amstrad CPC 6128, y ponerme a copiar todas las líneas de programación en lenguaje BASIC de algún que otro juego que incluia, y eso me llevó a inventarme mis propios juegos… todos aventuras conversacionales o juegos de preguntas, para no tener que usar mucho más que los comandos PRINT, INPUT y GO TO…
Volvemos hoy al terreno de la ciberseguridad, con una información ciertamente curiosa. Y es que los métodos a través de los cuales los ciberdelincuentes son capaces de hackear las redes de las empresas o de los particulares pueden llegar a ser verdaderamente sorprendentes.
Ya hemos hablado sobre ello en muchas ocasiones, pero un nuevo estudio lo corrobora: Cada vez son más los ciudadanos los que asumen que la privacidad, tal y como fue entendida históricamente, está desapareciendo en la era digital.
Si es que al final es casi imposible hablar de otra cosa que no sea lo relacionado con la crisis sanitaria. Ya sé que dijimos que intentaríamos servir de válvula de escape en este blog, pero resulta que incluso al intentarlo también acabas tocando el monotema… precisamente porque eso intenta todo el mundo con el confinamiento en las casas, distraerse, y al final los intentos de distracción también son una situación nueva que nos recuerda que estamos encerrados mientras el mundo está patas arriba… paradojas…
Ahora sí que estamos todos como pulpos, pero no ya en la nube, sino en el suelo mismo (de nuestras casas). Y aunque el buen humor sea una receta adecuada para afrontarlo, como así muestran tantos y tantos memes, aparte de ese “chiste” inicial tampoco es que se me ocurran muchos más.
Hoy volvemos con una de esas entradas de contenido un tanto bizarro, aunque hoy en día puede que seamos nosotros los raros, que para eso estamos como pulpos en el nuevo mundo digital. La verdad es que a un servidor le resulta difícil entender que surjan ideas como esta de la que vamos a hablar hoy.
Dice el refranero español que mal de muchos consuelo de tontos. Según esto, no deberíamos celebrar como positivo esto de lo que vamos a hablar hoy, más bien al contrario. Sin embargo, asumiremos que tal vez seamos un poco tontos, porque un par de informaciones sobre el uso generalizado del cloud computing nos han hecho sentir menos raros.
No, no habéis viajado al pasado. A estas alturas de la película, queridos lectores del blog, es verdad que la pregunta del título de este post puede parecer sacada de unos cuantos años atrás. Y es que hace ya tiempo que se da por hecho, en general, que las redes sociales dominan el uso de Internet para publicar contenidos personales. Pero hay estudios que ponen esto en duda, y de eso vamos a hablar hoy.
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