La paralización de la economía derivada del estado de alarma ha supuesto para el transporte de mercancías por carretera una fuerte caída de actividad, especialmente dura para los autónomos y pymes con pequeñas flotas de vehículos.
La tecnología es un fiel reflejo del desarrollo global de la sociedad.
Doce años después de la crisis financiera mundial, nos enfrentamos a una situación desconocida. Un tsunami sin precedentes que ha confinado a millones de personas en sus hogares, sacudido las bolsas, cerrado empresas, mercados, restaurantes y calles, paralizando nuestras economías.
La incertidumbre que vive nuestra sociedad estos días ha puesto de manifiesto la necesidad de plantearnos cómo será la era postcovid-19 ¿Qué nos espera a la vuelta? ¿Cómo cambiará el mundo que nos rodea?
La crisis del Covid 19 está teniendo un impacto relevante en la industria de la logística. El nivel de digitalización de las empresas del sector también está siendo un elemento diferencial a la hora de encarar los nuevos retos que plantean los picos y valles de demanda en estos momentos convulsos.
Santillana, con presencia en 22 países, inició en 2010 una apuesta decidida por implantar un modelo digital en su negocio. En la actualidad, se encuentra inmersa en este proceso, con especial foco en los modelos de suscripción, por los que ya se decantan numerosos centros educativos por su flexibilidad, alta adaptabilidad y su oferta blended.
Puede que suene a mensaje dicho a toro pasado, del tipo ya te dije que te arrepentirías si no te digitalizabas, o tal vez también a la enésima ocasión en que la tecnología se presenta como el mesías de la salvación. Sea o no así, lo cierto es que entre la mayoría de las pequeñas y medianas empresas ha calado el mensaje de que sólo se puede salir de esta crisis con ayuda de la transformación digital.
Todo lo tecnológico se ha acelerado con motivo de la pandemia y su consecuente parón de la sociedad física.
Nos encantan las nuevas expresiones. Como hablar de la vuelta a la normalidad sonaba a engaño, inventamos la nueva normalidad. Y cuando haya vacuna para el coronavirus, ¿lo volveremos a llamar normalidad, o estaremos ya tan acostumbrados a la nueva que habrá que llamarla nueva nueva normalidad, o bien vieja normalidad? Con la tecnología ocurre algo parecido: Ya no es suficiente con la transformación digital, las urgentes necesidades creadas por la pandemia nos obligan a aplicar un cambio más rápido, y tenemos que renombrarlo como aceleración digital.
No se trata de rizar el rizo, aunque suene así. Al parecer, no es tan obvio que las empresas españolas del sector IT necesariamente estén todo lo avanzadas que sería conveniente en el proceso general de transformación digital. Probablemente sí por encima de los demás sectores, o como mínimo por encima de la media, porque lo contrario ya sería de traca. Pero parece ser que algo sí que hay de aquello de en casa del herrero cuchara de palo. Y esa puede ser la clave para superar la crisis que está afectado a todo el tejido empresarial debido a la pandemia, de la que el sector IT no se libra, como hemos mostrado recientemente.
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