Las empresas españolas solo destinan un 16 por ciento del presupuesto informático a innovar
La innovación no tiene sitio en las empresas españolas. Así lo demuestran los datos extraídos del último estudio realizado por la consultora Setesca sobre la evolución del sector TIC.
Según el análisis, las compañías solo reservan un 16,3% de su presupuesto TIC para nuevas tecnologías o soluciones de innovación. Es decir, que un 83,7% se destina a desarrollar o mantener los sistemas ya existentes.
Falta de valor competitivo
Ante esta situación y tras los datos del estudio, la consultora Setesca dibuja un escenario en el que hace falta aumentar el valor competitivo en los departamentos TIC de las empresas. Todavía existen barreras culturales y de percepción en los máximos responsables de las compañías que dificultan las inversiones en nuevas soluciones que permitan la diferenciación con la competencia en el área TIC .El estudio demuestra que la excesiva orientación al resultado en corto plazo y la existencia que soluciones de mantenimiento muy costoso, frena la investigación y adopción de nuevas soluciones. Esta situación hace que se merme el valor competitivo de la empresa y por tanto, su capacidad para distinguirse de la competencia.
Capacidad de adaptación
En este sentido, desde Setesca se destaca la capacidad de adaptación al nuevo entorno empresarial de aquellas compañías que sí apuestan por la innovación. En el actual contexto económico la comunicación entre empresas y particulares está cambiando de forma constante las reglas del juego en distribución y acceso a productos y servicios. Incluso se está modificando la forma de gestionar los procesos administrativos más simples. Si las empresas españolas no se adaptan a este entorno, su competitividad se devalúa.
Cambio en el modelo de trabajo
Con el fin de conseguir esa adaptación al nuevo contexto empresarial, es necesario, tal y como se afirma desde Setesca, promover un nuevo modelo de trabajo en el que prime la eficiencia pero al mismo tiempo, la creatividad. Se trata de un modelo en el que cada trabajador/directivo debe pensar como un pequeño empresario que está buscando soluciones para que los clientes le compren a él y no a su competencia. La innovación puede ser estructurada y debe fomentarse.