La huella ecológica del uso de dispositivos tecnológicos
Se ha hablado mucho estos días de la reducción de las emisiones de dióxido de carbono durante la cuarentena, pero no es oro todo lo que reluce, ni siquiera en la parte positiva de algo tan negativo como la pandemia.
La tecnología, que puede ser parte de la solución, al mismo tiempo es también parte del problema. Mostramos los datos sobre la parte negativa de la parte positiva, y no es Groucho Marx el que escribe.
El importante descenso de la contaminación del aire en las principales ciudades del mundo, hasta alcanzar niveles de récord, debido a una reducción de la actividad fuera de casa, contrasta con un mayor consumo en los hogares. Un gasto que también tiene un efecto nocivo en el medioambiente relacionado, sobre todo, con un mayor uso de Internet y aparatos electrónicos, como el teléfono móvil, el ordenador o la televisión, necesarios para teletrabajar, mantener el contacto con familiares y amigos, o simplemente para para estar entretenidos.
“Uno de los problemas de este consumo, es que nos creemos que lo que sucede en el mundo virtual no afecta al mundo real. Gran error. Internet no es inmaterial y la contaminación digital es totalmente real. No hay que olvidar que para que el universo web funcione, hay que construir y mantener millones de centros de datos que almacenan la información, miles de kilómetros de redes para que la transporten y millones de ordenadores, tabletas y smartphones que se conectan a la red. Evidentemente, todo esto tiene un impacto y un coste medioambiental”, explica Thibaud Hug de Larauze, CEO y cofundador de Back Market.
Esta compañía, especializada en el reacondicionado electrónico en Europa y que busca concienciar sobre el uso y consumo responsable de estos aparatos, ha recopilado una serie de datos de ADEME y del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que dan más luz sobre este tema. Así, el mundo digital supone el 4,2% del consumo de energía primario y emite el 3,8% de los gases de efecto invernadero del mundo. Una cifra que aumentará con el incremento de usuarios estas semanas, que la gente pasa más tiempo en casa.
Otros datos, recogidos por Back Market de estas mismas fuentes, apuntan a que un 30% de este consumo eléctrico corresponde a los centros de datos, un 40 % a los cableados y antenas que transportan esos datos y el otro 30 % restante se debería a los propios dispositivos de los usuarios (ordenadores, tableta, móviles, accesorios inteligentes, etc.).
Por ello desde esta compañía ofrecen algunos consejos para reducir la contaminación digital y la huella de carbono que supone el uso de estos aparatos. “Utilizar dispositivos reacondicionados, elegir el mejor momento para cargar nuestros dispositivos, o mejorar nuestro uso de internet, es una manera de contribuir a reducir nuestra huella de carbono como usuarios”, declara el CEO de Back Market.
Alargar la vida útil de los dispositivos: cuanto más tiempo conservemos nuestros teléfonos, ordenadores, tabletas y televisores, menos contaminaremos. Por lo tanto, el primer paso es prolongar la vida útil de nuestros aparatos, revender nuestros equipos antiguos evitando acumular dispositivos en exceso y sustituirlos por otros reacondicionados.
Cargar el teléfono en el mejor momento del día: la batería es un elemento fundamental para alargar la vida del teléfono o el ordenador, pero también puede contribuir a reducir la huella de carbono si se elige el mejor momento para cargar el dispositivo. “Recientemente hemos lanzado durante algo más de un mes nuestro proyecto CO2NSCIOUS, que permite reducir la huella de carbono al cargar el teléfono móvil. Así, el usuario a través de una aplicación puede saber en tiempo real qué tipo de energía alimenta su teléfono y así conocer el mejor momento para cargarlo, con el objetivo de limitar su impacto en términos de emisiones de carbono”, destaca Hug de Larauze.
Hacer un uso responsable de Internet: la reproducción de vídeos en internet (actividad que representa el 60 % del tráfico de datos mundial), deja una huella de carbono anual comparable a las emisiones de toda España: 306 millones de toneladas en 2018, es decir, prácticamente el 1 % de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales. “Por ello, tenemos que hacer algo al respecto, empezando por cambiar nuestra relación con las pantallas, reduciendo el consumo de streaming en favor de material descargado, DVDs, etc. Lo mismo pasa con la música”, señalan desde Back Market.
Finalmente, desconectar los datos cuando se utilicen conexiones wifi y los dispositivos de Internet cuando no se usen, evitar utilizar el almacenamiento online cuando sea posible en favor de dispositivos USB y discos duros externos, ordenar y borrar los correos electrónicos con regularidad, limitando también el número de archivos adjuntos y de personas en copia, son otras de las medidas que pueden ayudar a reducir nuestra huella de carbono como usuarios.