En medio de la oscuridad reinante de estos tiempos en la galaxia, con la inestimable aportación a la misma por parte del Emperador Palputin, siguen proliferando a través de la red de redes innumerables noticias falsas que emponzoñan la credibilidad de lo acaecido en la lamentable tragedia.
Hay móviles con tantas aplicaciones instaladas que se parecen a un monedero lleno de chatarrillas de cobre de uno, dos y cinco céntimos, que luego no se usan nunca. Tanto es así que no debería sorprender la cifra reflejada en el titular del artículo que os posteamos más abajo.
Se las prometía felices el Pulpo cinéfilo techie con la nueva peli del francés Jean-Pierre Jeunet: Un director que siempre le ha gustado, temática futurista con crítica tecnófoba, comedia… Todos los ingredientes de los que espera hablar por este su peculiar blog… Al final, lo único en lo que va a cumplir va a ser en lo de hacer honor a su homólogo Carlos Boyero, en su máxima expresión hater, vaya.
Ha llegado el momento de revolucionar la calidad de los sistemas educativos. La tecnología lo ha cambiado todo, y muchos abogan porque también cambie los procesos estudiantiles. Y uno de los campos que más adecuados parecen de cara a ese objetivo es el del Big Data.
Si ha habido una ocasión, en toda la trayectoria del Pulpo examinador, en la que la idea de encerrarse en un cuarto para estudiar tenía relación con el tema de la materia a estudiar, es sin duda con este último examen sobre programación informática, porque según el topicazo no hay nadie más enclaustrado que un desarrollador de software.
Cada cierto tiempo, como bien sabéis los que leéis este blog, dedicamos alguna entrada al mundo de los videojuegos. Ya iba tocando, lo cual no viene mal como distracción para los tiempos tan oscuros que nos ha tocado vivir, siempre y cuando no nos distraigamos en exceso, y de paso imaginemos, para desahogarnos, que los marcianitos del juego a los que hay que disparar se llaman Vladimir…
Pues sí amigos, tenéis que perdonarme la incoherencia o tal vez incluso hipocresía apuntada en el subtítulo de esta entrada, pero una de las cosas para las que soy más terco en mis ramalazos tecnófobos es en lo de mantener mi preferencia por el libro físico de toda la vida a la hora de sentarme a leer.
Hoy en día ya no hay nada, o casi nada, que se resista al influjo de la tecnología, ni nada que no pueda encontrar cabida en el mundo digital. Por eso, muchos de esos creadores y artistas que en otro tiempo no habrían salido del ostracismo de su taller, ahora tienen una galería informática en la que exponer su obra al mundo.
El hogar digital ya está aquí, amigos: Ya no hace falta darle a un interruptor por que la luz se puede encender sola. Ya hablamos más con Alexa que con la parienta. La nevera te puede hacer la compra. Robots que limpian o que cocinan. Sobre los inodoros japoneses ni hablamos…
Pues la verdad es que no le falta razón al subtítulo de esta entrada: Señalar la importancia de las redes sociales en el marketing digital, a estas alturas, es casi como decir que para ver un cuadro en un museo hay que abrir los ojos. Pero, en fin, hoy nos ha salido un titular obvio, qué le vamos a hacer.
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