Cosas aparentemente fáciles que puedes hacer para reducir tu huella ambiental digital

De hecho son fáciles, otra cosa es que te den pereza…

He estado haciendo un repaso a todas las entradas publicadas en este blog, y me he dado cuenta de que tan sólo en una ocasión habíamos tratado la relación entre tecnología y ecología, lo cual es un tanto sorprendente, no sólo porque sea más relevante de lo que podría parecerle a algún desavisado, sino porque es una representación muy exigua en medio de más de 360 post a lo largo de más de cinco años.

La cosa tiene más delito si recordamos que, en los primeros tiempos de hayCANAL.com, hace ya cerca de 12 años, uno de los dos blogs que por entonces tenía la revista digital se llamaba “Tecnología ecológica”, y para más inri sus entradas estaban redactadas por este que escribe ahora aquí. Ha pasado tanto tiempo que tampoco me sirve ya la excusa de decir que se me agotaron entonces los temas de los que hablar sobre las implicaciones de la tecnología en el medio ambiente.

Así pues, con el propósito de enmienda me embarco hoy en la tarea de volver a tocar el tema. Ocurre con la tecnología algo parecido a la relativa indiferencia con la que muchos viven eso de la ecología: En un mundo basado en el bienestar, el hedonismo y las distracciones, eso de que el planeta está mal todavía hay quien lo interpreta como un mensaje aguafiestas de lo estupenda que es la vida en la burbuja del progreso… cuando se vive en la parte del planeta que se beneficia del progreso, claro.

Entonces, eso de que la temperatura media está subiendo año tras año puede que haya hasta frioleros que lo celebren. En definitiva, que el “metaverso” de mi mundo es el bienestar, y el planeta es hostil, contaminado o no, así que no me corte usted el rollo con la turra ecologeta, etc., etc. De alguna manera, cuidamos hasta el extremo nuestra higiene personal, sobre todo para que otros lo vean, y la casa en la que vivimos y poco más, pero ya el resto pilla más lejos y nos da igual. Porque además el campo ensucia. Y eso es lo que emparenta el tema con la tecnología, por aquello de que el mundo digital, al no ser físico, duele menos, no es frío ni caluroso, “no contamina”, etc. Nada más lejos de la realidad.

Y si a unos cuantos les han convencido en parte con el mensaje medioambiental, pero sin profundizar lo suficiente (en plan fliparse viendo la película Avatar), puede que aprovechen para demostrar que con la tecnología se contamina menos, claro. ¿Cómo vas a cargarte el planeta subiendo vídeos a Tik Tok? Eso es mucho menos palpable que tirar el aceite por el desagüe del fregadero de la cocina. Pero claro, resulta que los centros de datos, tan lejos de nuestra casa que no sabemos ni que existen, contienen cientos de millones de vídeos, y miles de millones de archivos del tipo que sea, y los datos que contienen no paran de crecer día tras día. Y no podéis ni imaginaros la cantidad de energía que consumen los centros de datos.

Lo dicho, esto suena a aguarle la fiesta a todo el mundo que se lo está pasando en grande con el móvil todos los días. Evidentemente, parar el uso de la tecnología es utópico, como detener el uso de los automóviles. Ahora bien, se puede ir una persona por coche o se pueden compartir viajes. Se puede seguir a tope con la combustión de gasolina o se puede apostar por lo eléctrico (anda que no es difícil el tema, como se está pudiendo ver). Sin embargo, en lo de usar la tecnología digital, las medidas de ahorro son más fáciles. Si se calculara todo lo que se ahorraría en emisiones de CO2 si todo el mundo llevase a cabo los 10 consejos que vienen aquí abajo, posiblemente la cifra sería impactante. Pues nada, a pensar en ello.

 

10 trucos para reducir nuestra huella ambiental digital

¿Sabías que un correo electrónico emite la misma cantidad de CO2 que una bombilla de bajo consumo encendida durante 6 minutos? SMAAART, empresa especializada en el reacondicionamiento de teléfonos móviles, ha desarrollado una guía de buenas prácticas para promover el uso responsable de la tecnología.

Con estas sencillas acciones, tú también puedes sumarte al reto de reducir la huella ambiental digital. ¡Toma nota!

dos

1.    Vacía tu bandeja de entrada. El spam o correo basura representa entre el 85% y 95% de los e-mails que recibimos. Si almacenas mensajes no deseados como boletines o promociones, estarás multiplicando tu impacto ambiental, por lo que es importante que ordenes tu bandeja de entrada y borres elementos antiguos con frecuencia.

2.    Reduce el tamaño de los archivos adjuntos. Un solo e-mail con documentos, imágenes o vídeos adjuntos puede llegar a emitir hasta 35 gramos de CO2. En ese caso, es aconsejable reducir su peso con una herramienta de compresión o bien utilizar un servicio de transferencia de archivos como WeTransfer.

3.    Limita el tiempo de uso en redes sociales. El uso de redes sociales también es perjudicial para el planeta, ya que todo lo que compartimos (un selfie, un GIF o un simple like) consume energía. Un ejemplo: Facebook libera al año más de 645 millones de kilogramos de CO2, lo mismo que 650.000 vuelos de París a Nueva York.

4.    Elimina las publicaciones antiguas. Limpiar tus datos en redes sociales te permitirá liberar espacio de almacenamiento y, consecuentemente, reducir tu huella digital. Además de eliminar los archivos multimedia, también puedes salir de los grupos que no utilices, borrar las conversaciones del chat o suprimir el historial de búsqueda.

5.    Bloquea la reproducción automática de vídeos. No es casualidad que TikTok y YouTube sean dos de las plataformas más contaminantes, ya que para la transmisión de vídeo se utilizan combustibles fósiles como gas y carbón. ¿Y qué puedes hacer tú? Ve a ajustes, desactiva la reproducción automática y consume solo el contenido que te interese.

6.    Libera espacio en tu ordenador. La fabricación de los equipos electrónicos representa el 78% de la huella de carbono, por lo que es importante cuidarlos para alargar su vida útil. Un sencillo truco para mejorar su funcionamiento es ordenar, clasificar y eliminarlos archivos antiguos. ¡Y no olvides luego vaciar la papelera de reciclaje!

7.    Desinstala las apps que no utilices. Si tienes el smartphone lleno de aplicaciones que no utilizas, debes saber que estás consumiendo memoria y energía que afectan al rendimiento de tu teléfono. Elimina estas apps, desactiva las notificaciones y mantén como mínimo 1 GB de espacio libre para que el sistema funcione sin problemas.

8.    Organiza las conversaciones de WhatsApp. ¿Sabes cuántos mensajes se intercambian al día a través de WhatsApp? Nada más y nada menos que 100.000 millones según Mark Zuckerberg, dueño de la plataforma. Estos mensajes ocupan espacio y pueden hacer que tu smartphone se ralentice. Por ello, es aconsejable eliminar las conversaciones y los archivos almacenados en ellas (fotos, vídeos y audios).

9.    Borra los mensajes del buzón de voz. Los audios que se acumulan en el buzón también se materializan en archivos digitales que ocupan espacio en los servidores. Para borrarlos y liberar espacio, puedes hacerlo contactando con tu operador telefónico o bien llamando al número habitual de tu buzón de voz.

10.    Da una segunda oportunidad a tu smartphone. Cuando creas que ha llegado el momento de cambiar de teléfono, recuerda que cada móvil puede tener hasta dos o tres oportunidades si lo remites al circuito de la segunda vida. Tienes tres opciones: donarlo, venderlo o, en caso de que esté inutilizable, depositarlo en uno de los contenedores de reciclaje habilitados por tu Ayuntamiento.