¡Qué lástima que al final no adoptásemos como nombre para el blog aquel que estaba en la lluvia de ideas, “Como un pulpo en Silicon Valley”. No es que nos haya ido mal con el del pulpo en la nube, pero ahora nos habría quedado de perlas con la que está cayendo…
Cambiar de curro no es fácil, ya lo sabemos todos. Si además entramos en otro sector totalmente nuevo para nosotros, la cosa se complica aún más. Y si ese nuevo sector es el de la tecnología, alguno podría pensar que es como lanzarse a caminar por una cuerda floja después de una fiestecilla bien regada por bebidas varias…
Por un lado está la forma flipada de vender tecnología a la gente, que es la habitual, como vimos en la última entrada, y luego está la forma friqui, que es la que vamos a tratar hoy. No es que esta deje de ser flipada también pero, además, es autoconsciente en su deseo de dar la nota, en plan “vamos a quedarnos con el personal”, o “vamos a echarnos unas risas”.
Estamos acostumbrados a que los ciberdelincuentes dirijan sus ciberataques al común de los mortales, o sea a la mayoría que normalmente es honrada y legal, por no utilizar esa expresión usada esta semana por alguien como gente de bien… El bien y el mal, esos conceptos que en la práctica han acabado sirviendo para definir, muy a menudo, quién es de los nuestros y quién no…
El mercado de los teléfonos móviles vivió épocas muy glamourosas, especialmente en los primeros años de los ya llamados smartphones, pero con el paso del tiempo y, sobre todo, con la sensación cansina de lo repetitivo, aquellas presentaciones mega - mediáticas de Steve Jobs devinieron más tarde en pura rutina (salvo para los muy, muy fans).
Ya tenemos aquí los resultados del examen sobre una de las materias tecnológicas más farragosas que hemos tratado nunca en los test del Pulpo, como es la computación cuántica. Tanto es así, que ni siquiera pillar el chiste del subtítulo de esta entrada te garantiza el aprobado…
Como sabéis, de vez en cuando, el Pulpo examinador regresa a sus viejos tiempos de temáticas tecnológicas divulgativas, aparcando momentáneamente los test de actualidad del sector IT, los cuales también es verdad que ya no los hace con tanta frecuencia como al principio. Normal: Cansadito le tenéis de corregiros, al pobre.
Ya sabemos, amigos de este blog depositario de la sorpresa ante la inagotable serie de ocurrencias de la revolución digital, que el mundo de las nuevas tecnologías gusta de fliparse lo máximo posible con sus innovaciones y sobre todo con los anuncios de las mismas, especialmente en el mercado de consumo. Es como una permanente saga de ciencia ficción para niños y adolescentes en su día de cumpleaños o de los Reyes Magos, como un no va más que siempre va a más.
En la última entrada del blog del año pasado, sin planearlo en ese momento, anticipamos una posible serie temática concreta para varios posts de la sección del cinéfilo tecnológico, centrándonos en la inteligencia artificial. Lo cual viene muy a cuento de la rabiosa actualidad, con todo el asunto de los próximos motores de búsqueda en Internet, del que también hemos hablado por aquí. La IA está en un momento de cambio muy relevante, posiblemente histórico, y sobre cosas parecidas la ciencia ficción lleva avisándonos desde hace décadas.
Una de las últimas entradas que publicamos el año pasado rompía uno de los mitos, ya algo viejunos, sobre los perjuicios (aunque habría que decir prejuicios) de los videojuegos: Desmontábamos la idea de que no eran útiles, o que sólo servían para divertirse (y la verdad es que, de ser así, tampoco nos habrían parecido necesariamente algo malo).
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