No hay casi nada que no haya sucumbido a la transformación digital, y el periodismo no iba a ser menos. Y dentro del periodismo, es destacable el cambio que ha experimentado el que está especializado en los deportes.
Esto ha generado no pocas controversias, como la aparición de diversos comentaristas deportivos no profesionales a través de internet. En mi opinión, esto ocurre básicamente porque los deportes, por muy intensos que se quieran poner los profesionales del sector, son en realidad, para la mayoría de la gente, un entretenimiento. No es como informarse de la bolsa de valores, o de la previsión del tiempo, o de cualquier otro ámbito de información en general: La gente sigue los deportes para divertirse, no para estar informados por necesidad.
No quiero con esto, ni mucho menos, relegar a los periodistas deportivos a una injusta infravaloración de su labor, que por otro lado se ha dado tradicionalmente, como una especie de segundo plato o plan B o C para quien no llega a ámbitos “más prestigiosos”. A lo que me refiero es a que, cuando información y entretenimiento se solapan, es más fácil que gente no profesional pueda entrar en el territorio del periodista deportivo, a través de las redes sociales, plataformas y canales digitales.
Por otro lado, y aquí ya sí voy a ser más hater (pero que se me entienda dentro del contexto jocoso de este blog con aspiraciones humorísticas), hay ciertas actitudes del periodismo deportivo de los últimos años o incluso ya décadas que tal vez han ayudado a la frivolización de esta profesión. Todo desde mi punto de vista de ser raruno que se pierde en la nube y esas cosas. Y sin necesidad de entrar a valorar el extremo de ciertos debates - circos televisivos que no voy a nombrar (no hace falta), que eso ya es de traca y se juzga a sí mismo.
Me pone muy nervioso el exceso de épica. Esas músicas de banda sonora de cine fantástico para acompañar a ciertas gestas deportivas, convertidas así en contiendas bélicas del pasado o de universos inventados. Cuando veo esos goles a cámara lenta con esa fanfarria de fondo, me da la sensación de que en cualquier momento va a aparecer un dragón por el estadio y va a prender fuego al césped. Y ojo que todavía más ridículo me resulta cuando se usa en los popularísimos e inefables concursos de cocina de la tele. Mucho flipao hay por ahí…
No digamos ya cuando, en la radio, para hacer la crónica de los partidos que se jugaron ayer, van y te ponen la narración en diferido de todos los goles por parte de los locutores de turno… ¿de verdad? ¿Ponerme una grabación de eso me va a aporta algo? No estoy viendo el gol, estoy oyendo lo que vosotros contasteis (o mejor dicho, cantasteis) en aquel momento; que en directo lo veo lógico (pese a que se flipen cantando los goles, que efectivamente a veces llega a parecer que se les ha ido la olla), pero en diferido me resulta tan artificial, tan forzado, y encima reiterativo (un gol detrás de otro), plasta e insoportable, que me supera. Resulta además tan autocomplaciente (“mirad qué bien cantamos los goles en esta emisora”). No puedo con ello. Sólo le veo el sentido cuando se trata de un gol histórico, por ejemplo (quién puede olvidar el “Iniesta de mi vida” del, por otro lado, insoportable -como comentarista- Camacho…), pero si me estás resumiendo la tercera jornada de segunda división (con todos mis respetos), pues no.
Y como tercer y último ejemplo de mis fobias a ciertas costumbres asentadas por parte de este, por lo demás, respetable gremio, me saca de quicio la emoción inventada: Ahora que los partidos se juegan en distintos horarios o incluso distintos días, y van y te dicen que la liga está muy emocionante porque, quedando todavía 30 jornadas, el segundo clasificado se ha puesto líder… ¡cuando todavía no ha jugado esa misma jornada el que hasta ese momento iba de líder! ¡No hombre no! ¡Aquí o juegan todos o la clasificación en un embuste! Ya está bien de tomar el pelo al personal…
En fin, que si llega Ibai Llanos y os parece que frivoliza la profesión desde el lado cibernético del deporte, tampoco os asombréis mucho, mientras siga habiendo actitudes tan flipadas en el lado tradicional. Por lo demás, a continuación os dejamos un artículo sobre deporte y nuevas tecnologías. Vale para ilustrar el momento actual, mientras llegan los periodistas deportivos basados en inteligencia artificial… a ver cómo canta los goles C3PO, a ver…
El periodismo deportivo clásico se moderniza: Nuevos formatos y tendencias
El periodismo deportivo tiene sus orígenes en la prensa escrita del siglo XIX. La primera cobertura de eventos deportivos fue esporádica y se centraba en su mayoría en deportes como el boxeo y las carreras de caballos. Con el tiempo, los eventos deportivos se fueron volviendo cada vez más populares y los periódicos comenzaron a dedicar secciones enteras a los deportes.
Con la llegada del siglo XXI y la era digital, el periodismo deportivo ha experimentado cambios significativos. La aparición de internet ha permitido que la información llegue en tiempo real, y con ello la posibilidad de que los fans sigan a sus equipos y atletas favoritos de una manera que antes no era posible. Las redes sociales también han jugado un papel importante, ya que han permitido a los periodistas interactuar directamente con los fans y proporcionar actualizaciones en tiempo real.
"Los blogs deportivos y las plataformas de streaming también han cambiado la forma en que se cubren los deportes. Lo que ha llevado a un aumento del periodismo deportivo menos profesionalizado y a una disminución de la dependencia de los medios de comunicación tradicionales", explica Marc Armengol, director de Unisport.
La tecnología y el futuro del periodismo deportivo
El futuro del periodismo deportivo seguirá siendo influenciado por la tecnología. La realidad virtual y aumentada podría proporcionar nuevas formas de experimentar los deportes, permitiendo a los fans "estar" en los juegos o incluso interactuar con los atletas. La inteligencia artificial también podría desempeñar un papel, proporcionando análisis en profundidad y predicciones basadas en datos.
Además, es probable que veamos una mayor fusión de los medios de comunicación y el deporte, con equipos y ligas creando sus propios canales de medios y proporcionando contenido exclusivo a sus aficionados. A medida que los medios de comunicación se vuelven cada vez más fragmentados, es probable que veamos una mayor personalización en la cobertura deportiva, con los consumidores que pueden seleccionar exactamente qué deportes, equipos y atletas quieren seguir.