Google no quiere quedarse atrás en wearables y pagos móviles
2015 es el año en que se espera el despegue definitivo de dos tendencias tecnológicas de las que llevamos tiempo oyendo hablar, y que además esperan ser integradas entre sí, como son los dispositivos wearables y los pagos móviles. Por lo tanto es lógico que Google quiera posicionarse en ambos segmentos, donde otros gigantes como Apple ya han tomado la delantera.
Por los que respecta a los wearables, la compañía del buscador de Internet ha decidido reorientar su estrategia respecto a las Google Glass, de las que tanto se ha hablado en los últimos años pero con resultados comerciales decepcionantes. Tal es así que Google ha decidido parar la fabricación de todas las unidades de gafas inteligentes que en un principio esperaba haber distribuido en la segunda mitad del año pasado.
Lo que el gigante tecnológico ha querido presentar como una iniciativa optimista no esconde lo que opina la mayoría de los expertos: Las Google Glass han sido un fracaso. Ahora bien, Google no quiere quedarse fuera del negocio de los wearables, y aunque sean los relojes inteligentes los que parecen tener mejor aceptación en el sector, dice que mantendrá su proyecto dándole otra orientación: Desarrollarán un modelo perfeccionado y más comercial de cara al futuro, desde la división de gadgets liderada por Tony Fadell, abandonando así el laboratorio de proyectos especiales Google X cuyo máximo responsable es Sergey Brin, cofundador de Google.
El otro campo en el que posicionarse es el de los pagos móviles, y en este sentido el medio TechCrunch ha revelado que Google está negociando para adquirir SoftCard, aunque en este caso ninguna de las dos partes lo ha reconocido oficialmente. Se habla de un precio de compra de alrededor de 100 millones de dólares por la empresa antes conocida como Isis. Este sistema de pagos móviles es actualmente propiedad de AT&T, Verizon y T-Mobile US, que según el mismo medio también han recibido el interés de Microsoft o Paypal en el mismo sentido.
Google quiere por tanto convertirse en competidor de Apple, que a lo largo de 2015 espera poner en marcha Apple Pay en Europa.