Los cibercriminales afinan sus técnicas mientras los consumidores se relajan
Norton by Symantec ha presentado las conclusiones de su informe anual Norton Cyber Security Insights, que ofrece datos reveladores sobre los aspectos que hay tras el crimen online y el efecto directo que tiene sobre los consumidores.
El informe revela que los consumidores que fueron víctimas del cibercrimen durante el último año, son quienes, con mayor frecuencia, mantienen un comportamiento de riesgo. Por ejemplo, aunque estos consumidores suelen utilizar una contraseña para cada cuenta, son hasta dos veces más proclives a compartir sus contraseñas con otros, anulando así los efectos de establecer una contraseña segura.
Más aún, el 76 por ciento de los consumidores sabe que debe proteger activamente su información online, pero sigue compartiendo contraseñas e incurriendo en otros comportamientos arriesgados. Además, el 35 por ciento de los usuarios tiene, al menos, un dispositivo desprotegido, lo que hace al resto de sus dispositivos vulnerables al ransomware, los sitios web maliciosos, los ataques de día cero y el phishing.
“Nuestra investigación muestra que las personas son cada vez más conscientes de la necesidad de proteger su información personal online, pero no están motivadas para adoptar las precauciones adecuadas para permanecer a salvo”, señala Roberto Testa, Head of Sales Iberia de Norton de Symantec.
“Mientras que los consumidores se duermen en los laureles, los ciber-delincuentes están afinando sus técnicas y adaptando sus estafas para beneficiarse aún más de los usuarios, por lo que la necesidad de reaccionar de algún modo por parte de los consumidores es cada día más importante”, remarcó Testa.
Víctimas y tipos de cibercrimen
Dados los niveles incontrolados de cibercrimen, esta ausencia de preocupación por parte de los consumidores es alarmante. No hay que olvidar que, en el último año, 689 millones de personas en 21 países fueron víctimas del cibercrimen, lo que supone un incremento del 10 por ciento en los 17 países que fueron medidos en 2015.
¿Cuáles son los colectivos más afectados por el cibercrimen? Si eres hombre, tienes entre 18 y 34 años, con hijos y viajas con frecuencia por motivos de trabajo o de placer, tienes muchas probabilidades de sufrir el cibercrimen. De acuerdo con el informe, el 34 por ciento de los hombres (frente al 28 por ciento de las mujeres), el 39 por ciento de los millennials, el 40 por ciento de las personas con hijos y el 40 por ciento de los viajeros frecuentes han sido víctimas de un acto de cibercrimen en el último año. De media, el 31 por ciento de los entrevistados afirma haber sufrido un acto de este tipo.
El informe también muestra a qué tipo de cibercrimen se enfrentan los consumidores. Comprometer la contraseña de una cuenta representa el 18 por ciento de los casos de cibercrimen denunciados, por delante del hackeo de correos electrónicos con un 16 por ciento y el hackeo de cuentas en redes sociales, con un 12 por ciento. Estas tres categorías principales pueden estar directamente relacionadas con una débil gestión de las contraseñas y con la ingenuidad de algunos usuarios ante el phishing. El ransomware contabiliza el 6 por ciento de los casos denunciados, lo que significa, a nivel global, en torno a los 41.340.000 de personas, casi la población de España.
Los consumidores admiten que los riesgos son reales
No obstante, de lo anterior, el estudio sí revela una mayor con ciencia de los riesgos vinculados a la ciberdelincuencia. La generalización de las acciones de los ciberdelincuentes ha contribuido a que exista una mayor percepción de los riesgos por parte de los consumidores.
Cada vez más se asume que los peligros del cibercrimen son equivalentes a los riesgos del mundo real. En este sentido, el informe revela los siguientes datos:
• La mitad de los consumidores señala que en estos últimos cinco años se ha hecho más difícil estar seguro online que en el mundo real.
• Seis de cada diez (61 por ciento) encuestados a nivel global, creen que introducir información bancaria online cuando se conectan a una Wi-Fi pública es más arriesgado que leer sus números de la tarjeta de crédito o débito en voz alta en un lugar público.
• A pesar de que la mayoría de los consumidores europeos (56 por ciento) afirman usar contraseñas seguras en cada cuenta, casi uno de cada cuatro (un 23 por ciento) comparte sus contraseñas con otras personas y muchos de ellos (un 43 por ciento) son incapaces de ver el peligro de usar la misma contraseña en distintas plataformas.
• Casi la mitad de los padres (48 por ciento) cree que sus hijos tienen más probabilidades de ser acosados online que en un parque, frente a solo el 23 por ciento de 2015.
Los malos hábitos son difíciles de romper, tanto online como offline
Sufrir el cibercrimen es una consecuencia potencial de vivir en un mundo conectado, pero los consumidores se siguen durmiendo en los laureles cuando se trata de proteger su información personal online.
• Aunque la mayoría asegura que utiliza una contraseña segura en todas sus cuentas, 1 de cada 4 (24 por ciento) comparte sus contraseñas con otros, anulando así sus esfuerzos. Las contraseñas de los portátiles, smartphones y correos electrónicos figuran entre las que más se comparten.
• Entre los dispositivos utilizados con mayor frecuencia, el 9 por ciento de los smartphones, el 9 por ciento de los equipos de sobremesa, el 7 por ciento de los portátiles y el 13 por ciento de las tablets no tienen ninguna protección. Para los dispositivos más recientes, la cifra es incluso más alta: el 30 por ciento de los wearables/relojes inteligentes están desprotegidos.
• La principal razón para no proteger sus dispositivos es, para el 28 por ciento de los encuestados, que no cree que su dispositivo necesite protección y, para el 27 por ciento, que no hace nada arriesgado online. La autocomplacencia parece ser, por tanto, el principal problema.
• Los millennials exhiben, sorprendentemente, unos hábitos de seguridad online bastante laxos, y comparten contraseñas que comprometen su seguridad online (35 por ciento a nivel global). Esta es la razón por la que son las víctimas más comunes del cibercrimen: un 40 por ciento en el mundo ha sufrido cibercrimen el año pasado.
• Más de uno de cada tres consumidores nunca se conectan a una red Wi-Fi utilizando VPN, lo que potencialmente puede permitir al hacker robar los datos conforme estos viajan por la red.
• Los consumidores siguen dispuestos a clicar en enlaces de remitentes que no conocen o a abrir adjuntos maliciosos. Casi tres de cada diez personas no es capaz de detectar un ataque de phishing, y otro 13 por ciento tiene que adivinar si se trata de un mensaje real o un correo electrónico de phishing, lo que supone que cuatro de cada diez son vulnerables.