Tecnología en el aula para aprender idiomas
Si hoy por hoy podemos asegurar algo con certeza es que ya no nos imaginamos la vida sin la tecnología. Y es que, aunque en muchos lugares del mundo, esta todavía no esté tan implantada en el día a día y la vida cotidiana, lo cierto es que, para nosotros es una pieza fundamental y con la cual ya nos sería muy difícil acostumbrarnos a vivir sin ella.
Sin duda, en nuestro país tenemos al alcance una tecnología muy desarrollada que, cada día, nos ayuda a realizar acciones y funciones de una forma mucho más rápida y sencilla, cambiando tanto nuestros hábitos como nuestras vidas. Esto, además, se incentivó con la pandemia y la llegada del confinamiento donde, desde nuestras casas, asumimos nuevas costumbres como, por ejemplo, las compras online en cualquier sector, desde el supermercado hasta la ropa, a la manera de comunicarnos con nuestros seres queridos.
La tecnología se ha convertido en una herramienta muy importante para todos los sectores y, cómo no podía ser de otro modo, también en el de la educación donde, por supuesto, todo cambió también en 2020 con la llegada de la Covid-19 y las obligadas clases online.
Así pues, que la tecnología forma una parte esencial también del sistema educativo y de muchos modelos de enseñanza es una realidad que no podemos negar. De hecho, según varios estudios sobre el uso de las tecnologías, más del 70% de las aulas las utilizan en sus clases diarias y esto se debe a la gran cantidad de beneficios que estas aportan en el aprendizaje diario de los niños.
Aparte del beneficio más conocido y común, que, sin duda, surgió en la pandemia, y es la posibilidad de retransmitir o llevar a cabo clases de manera virtual, las tecnologías ayudan en la motivación diaria de los niños, y, por lo tanto, sus ganas de ir al colegio, debido a los elementos interactivos que utilizan las tecnologías. También, favorecen el desarrollo de capacidades como la solidaridad, la cooperación y el trabajo en equipo, ya que es mucho más sencillo organizar y llevar a cabo tareas grupales.
Por otro lado, hay que destacar que estas también presentan muchos beneficios para los profesores. En primer lugar, mejora la interacción con el alumnado y la comunicación con toda la clase, y, en segundo lugar, es mucho mas sencillo para los docentes extraer datos y poder llevar a cabo una evaluación diaria de cada alumno de manera individual.
Sin embargo, aunque muchos piensan que las tecnologías potencian el aislamiento del estudiante, está totalmente demostrado que ayudan en la colaboración y comunicación con los compañeros. Gracias a estas, los niños se pueden conectar desde cualquier lugar, a la hora que deseen, con sus compañeros, facilitando tanto el estudio común como la realización de proyectos grupales. Por ello, es muy importante que entendamos que las nuevas tecnologías en el aula no vienen a sustituir ni a alumnos ni a docentes, sino que han llegado para enriquecer la educación y la motivación de los estudiantes.
De hecho, estos beneficios todavía aumentan considerablemente si hablamos de utilizar las tecnologías en el aprendizaje de idiomas. Hoy en día, tenemos al alcance mucha más variedad de contenido a la hora de estudiar cualquier lengua, ya no es necesario ir a la biblioteca a consultar un libro o una enciclopedia, únicamente tenemos que conectarnos al servidor y podremos conseguir a través de muchas fuentes de referencia la información que necesitemos.
Además, cabe destacar que, gracias a las nuevas tecnologías, tanto los docentes como el alumnado, encuentran a su disposición aplicaciones que facilitan el aprendizaje de idiomas, ya sean chatbots en los que puedes conversar con un robot como si fuera una persona en la lengua que elijas o apps que ayudan en el desarrollo correcto de la lengua.
Así pues, es importante adquirir las herramientas adecuadas para aplicar las nuevas tecnologías en el aula, en cualquiera de sus asignaturas. A la hora del aprendizaje de idiomas, podemos encontrar varios ejemplos, pero lo más importante es trabajar con una herramienta que permita trabajar en la diferenciación de cada alumno, adaptándose al nivel que necesitan de manera individual, y desarrollando un plan de estudio a través de ejercicios que desarrollan sus capacidades. Un claro ejemplo de ello es CenturyTech, una aplicación con la que trabajan algunos centros educativos de nuestro país y que cumple con todo lo mencionado anteriormente: ayuda a los alumnos a acceder a los recursos e información que necesitan, además, a través de la gamificación, que potencia la motivación individual de cada uno. Este tipo de herramientas, además, permiten a los profesores llevar a cabo un control en todo el proceso de aprendizaje desde el inicio, tanto evaluando su nivel inicial como todo su desarrollo, y esto es realmente maravilloso.
En definitiva, es evidente que uno de los objetivos principales de la tecnología en la educación es facilitar el correcto aprendizaje, al mismo tiempo que resulte más sencillo y satisfactorio a todos los alumnos, potenciando también una mejor relación de estos con los profesores. Por ello, la tecnología es una herramienta muy necesaria en las aulas, tanto en todo el proceso de aprendizaje individual de los niños, como de ayuda en la acción diaria de los educadores.
Jorge Calvo, Profesor y Director de Tecnología e Innovación en el Colegio Europeo de Madrid.