
Y ahora lo que faltaba: el ordenador que tira cañas de cerveza
Por un lado está la forma flipada de vender tecnología a la gente, que es la habitual, como vimos en la última entrada, y luego está la forma friqui, que es la que vamos a tratar hoy. No es que esta deje de ser flipada también pero, además, es autoconsciente en su deseo de dar la nota, en plan “vamos a quedarnos con el personal”, o “vamos a echarnos unas risas”.