Apple y McLaren: ¿Adquisición, inversión o rumores?
Dos periódicos, dos informaciones distintas, un mismo origen. Así se resume la revelación de los posibles objetivos que Apple y McLaren habrían barajado en conversaciones que mantuvieron a principios de año. De ahí a ocupar las primeras planas ante otra posible nueva adquisición bomba, no ha habido ni que pestañear, que diría cierto locutor de, precisamente, el mundo de la Fórmula 1.
Lo que es seguro es que esos contactos se produjeron, como han confirmado indirectamente en McLaren: “Como se puede esperar, la naturaleza de nuestra marca significa que regularmente tenemos conversaciones confidenciales con una amplia gama de empresas, pero nosotros mantenemos la confidencialidad”. Ahora bien, ¿con qué objeto? Eso es en lo que no coinciden los dos rotativos mencionados -pero todavía no nombrados, por cierto-: el británico Financial Times y el norteamericano The New York Times.
El primero sostiene la que sería la “noticia – bomba”, ya que éste miércoles ha publicado que Apple estaría estudiando la posibilidad de adquirir totalmente McLaren, aunque también menciona la posibilidad de que el plan acabe siendo invertir en el fabricante de coches de Fórmula 1. Basan su información en tres fuentes cercanas a las negociaciones.
Por su parte, el New York Times, que lanzaba su revelación el mismo día, apoyado en dos fuentes, se limitaba a mencionar la posibilidad de que Apple invierta en McLaren, además de estar pensando en una adquisición pero de otra empresa, Lit Motors, una startup estadounidense que ha desarrollado una motocicleta eléctrica con capacidad para equilibrarse automáticamente.
Los portavoces de McLaren fueron claros: “Nosotros podemos confirmar que McLaren no está en discusiones con Apple con respecto a una potencial inversión en la empresa”. Así pues, ¿”cuando el río suena agua lleva” o sólo son rumores?
Financial Times, además, reveló una estimación del coste de la posible compra: 1.500 millones de libras, unos 1.740 millones de euros. Todo ello, sea cierto o no, parece enmarcarse dentro del interés del sector tecnológico en avanzar hacia la conducción autónoma.