Tecnologías digitales, en el núcleo del cambio hacia las renovables
Las TIC también son parte de las fuentes de consumo energético.
Sin embargo, la tendencia que se espera para el futuro es que las TIC se orienten justamente al objetivo contrario, el de la sostenibilidad.
El último informe difundido por Crédito y Caución prevé que el software y el hardware producido por el sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ocupe un lugar central en la transición global hacia las energías limpias. Es ya una evidencia en los ordenadores de a bordo de los vehículos eléctricos o las tecnologías utilizada en parques eólicos, paneles solares o redes eléctricas. El internet de las cosas, el edge computing o el machine learning serán una parte nuclear de las soluciones que impulsarán la eficiencia energética de todos los sectores en los próximos años.
La transformación digital está dando lugar a una creciente demanda de almacenamiento y procesamiento en centros de datos que consumen cantidades significativas de energía para su funcionamiento y refrigeración. Uno de los principales desafíos del sector para los próximos tres años tendrá que ver con la mejora de su eficiencia y la producción de su propia energía renovable. Las tecnologías digitales representan cerca del 2% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. A pesar del rápido crecimiento de la demanda de servicios digitales, esta tasa apenas ha variado desde 2010 gracias a la optimización y mejora constante de los dispositivos. Sin embargo,de acuerdo con los cálculos de la Agencia Internacional de la Energía, el sector necesita reducir sus emisiones un 50% en 2030 para cumplir con el escenario Net Zero 2050. Se trata de un objetivo ambicioso, incluso para el sector TIC que, por su propia naturaleza, trabaja en la vanguardia de la ciencia y la innovación.
Además de mejorar la eficiencia energética de sus productos, el sector TIC se ha convertido en uno de los grandes inversores en energías renovables para reducir su impacto y protegerse ante la volatilidad de los precios de la electricidad con fuentes de energía propias. De acuerdo con el informe, en un contexto de políticas energéticas cambiantes e incertidumbre normativa, las empresas que no impulsen la sostenibilidad de sus modelos energéticos afrontarán una creciente presión fiscal vinculada a su impacto. La minimización de los residuos electrónicos es otro desafío importante para el sector TIC. La mejora y el aumento del reciclaje no solo reduciría su impacto ambiental, sino que podría aliviar las presiones sobre el abastecimiento de materiales procedentes de lugares geopolíticamente inestables.
En algunos mercados se observa ya un aumento de la demanda en todos los sectores y consumidores finales de soluciones inteligentes que ayuden a reducir el consumo de energía. Esto incluye la creciente tendencia de oficinas y edificios ecológicos, que implica el uso del internet de las cosas, plataformas de datos y análisis avanzados para reducir el consumo de electricidad, maximizar el consumo renovable mediante la previsión meteorológica y mejorar la utilización de dispositivos y servidores a lo largo de sus ciclos de vida. A medida que aumente el impulso global hacia las energías limpias, también lo harán las oportunidades para el sector TIC: desde la energía solar inteligente al análisis predictivo o el almacenamiento y transferencia de energía de forma eficiente.