Digitalización en los métodos de pago
Los datos publicados por el Banco de España sobre el uso del efectivo, muestran, paradójicamente, interesantes informaciones sobre la digitalización en los métodos de pago.
Lógicamente, el efectivo sigue siendo el más usado, pero los métodos de pago digitales ganan peso: el 44% de la población ya tiene Bizum y el 36% ha hecho un pago a través de esta aplicación en el último año, porcentaje equiparable al uso de las transferencias bancarias (37%). Además, casi un español de cada cinco tiene Paypal (18%).
Uno de los resultados más sorprendentes está relacionado con el euro digital: más de un tercio (35%) estaría dispuesto a usarlo. No es ninguna sorpresa que las generaciones más jóvenes estén más abiertas a los nuevos métodos de pago digitales: El 57% de los encuestados entre 18 y 24 años declara que haría uso del euro digital, mientras que en el caso de los mayores de 64 años este porcentaje desciende al 14% y, es más, el 76% afirma categóricamente que no utilizaría este método de pago. Esta diferencia entre los segmentos de edad muestra que la tendencia hacia la digitalización del pago está a unas generaciones de hacerse realidad.
Volviendo al presente, la adopción actual de los métodos de pago digitales, reforzada por el auge del comercio electrónico (un reciente estudio de nuestro socio Mirakl mostraba que los españoles ya hacen el 40% de sus compras online) hace evidente la necesidad de establecer entornos de pago seguros e invertir en la tecnología que ofrezca experiencias de pago sin fricciones y escalables. La digitalización de la economía abre un mundo de posibilidades tanto para empresas como consumidores, y no solo en términos de oferta y demanda: simplifica las transacciones, disminuye costes y ayuda a escalar negocios. Es necesario contar con un socio que ofrezca una tecnología que pueda seguir este ritmo de crecimiento, en el caso concreto del pago, incorporando nuevos métodos, facilitando el onboarding de clientes y la internalización del negocio.
Sin embargo, en el otro lado de la balanza, la digitalización también ha traído consigo el auge del cibercrimen, siendo el proceso de pago un objetivo recurrente. Los procesos KYC y KYB (Know Your Customer y Know Your Business, respectivamente) son claves en la lucha contra la delincuencia, pero esta es cada vez más sofisticada y hay que ir un paso más allá.
Nicolas Fournié, Country Manager en España de MANGOPAY