Metaverso, 5G, redes abiertas y sostenibilidad, futuro de las telecomunicaciones

El mercado de las telecomunicaciones pasa por un momento crítico, acorde a la incertidumbre general de estos tiempos, y en los próximos años se apoyará en nuevas tecnologías para salir adelante.

Las compañías de telecomunicaciones arrancan 2023 con subidas de precios en un ejercicio que se prevé genere un importante cambio en la configuración del sector en España. Así, ante un sector encarecido por las condiciones socioeconómicas en las que nos encontramos, IFS, compañía global de software empresarial en la nube, presenta las tendencias que determinarán el recorrido de este sector a lo largo de 2023.

La economía del metaverso

El Metaverso está a punto de hacer que la web sea realmente inmersiva. Sin embargo, la capacidad de combinar realidades físicas y mixtas dependerá de la capacidad de la red para acelerar su adopción. La cobertura actual de 5G difiere en todo el mundo. Es decir, en EE. UU. lidera con una cobertura del 80% mientras que en el resto del mundo abarca solo un 30%.

En 2023, se espera que los dispositivos 5G evolucionen con más capacidades de agregación de espectro, eficiencia energética mejorada y capacidades de baja latencia. Además, se espera que la construcción de la red 5G alcance el 85% en los próximos cinco años. El uso de dispositivos de realidad aumentada (XR) depende tanto de la evolución del dispositivo 5G como de la construcción de la red 5G debido a sus requisitos de velocidad, latencia y capacidad.

En este sentido, ganan peso las experiencias virtuales sobre todo en minoristas del comercio electrónico. "Estamos viendo más contenido 3D y 'pruebas' de realidad aumentada (AR) para aumentar la confianza e influir en las decisiones de compra. Al mismo tiempo, las tiendas físicas están utilizando elementos virtuales para entretener y brindar una mejor experiencia en la tienda", explica Gonzalo Valle, director de preventa en IFS Iberia.

El Metaverso combinará nuestros mundos físico y digital en uno, lo que requerirá nueva tecnología e interoperabilidad. Veremos emerger una 'economía de avatar' con empresas que compiten por la recopilación de datos y la mente compartida para monetizar. Esto requerirá el desarrollo continuo de las últimas tecnologías de redes y un gran esfuerzo para coordinar un ecosistema en expansión.

Veremos la recopilación cada vez mayor de datos para la monetización, el mayor uso de gemelos digitales, la inteligencia artificial que comienza a actuar como agentes inteligentes y la creación de mundos digitales paralelos para juegos, comercio, atención médica, capacitación y más.

Para 2030, el lanzamiento de la conectividad 6G y la tecnología Industry 5.0 permitirá nuevos niveles de colaboración entre humanos y robots, lo que a su vez permitirá esta personalización masiva. Naturalmente, los proveedores de servicios de comunicación (CSP) tendrán un papel que desempeñar en la entrega de las conexiones necesarias para ejecutar las líneas de producción de próxima generación.

Redes de telecomunicaciones abiertas y programables

Los desarrolladores de aplicaciones de otras industrias podrían, con una exposición a plataformas de redes de telecomunicaciones más sofisticadas, buscar varias oportunidades comerciales.

Actualmente, la mayoría de las implementaciones de 5G en todo el mundo aún no son independientes (NSA), lo que significa que todavía dependen de alguna tecnología de red 4G. Sin embargo, en 2023, a medida que comience a surgir el desarrollo 5G independiente (SA), el uso de conmutadores 5G completos y antenas inalámbricas liberará las nuevas capacidades dinámicas de 5G.

Con todo ello, algunas de las colaboraciones en curso que probablemente verán la luz en 2023 ya incluyen: Capacidades para aterrizar drones de manera segura; Comunicación de vehículo a vehículo; Automatización de fábrica; etc.

"Las colaboraciones anteriores también impulsarán aún más la fusión de la tecnología de la información (TI) y la tecnología operativa (OT). El conjunto de datos comunes entre TI y OT está aumentando, por lo que en 2023 veremos más intentos de converger las dos áreas", asegura Valle.

No hay verde sin digital

Nuestro uso voraz de plataformas de música, video y redes sociales conectadas a dispositivos móviles tiene consecuencias energéticas aleccionadoras. En julio de 2017, "Despacito", se convirtió en la canción más reproducida de todos los tiempos. Investigadores de la Comisión Europea descubrieron que los 4.600 millones de flujos globales habían utilizado tanta electricidad como el consumo anual combinado de la electricidad de Chad, Guinea-Bissau, Somalia, Sierra Leona y la República Centroafricana.

Para cada nueva generación de tecnología móvil, desde 2G hasta 5G, la energía necesaria para transferir cada bit de datos a través de la red se ha reducido. Por ejemplo, al reemplazar 2G/3G con 4G está aumentando significativamente la capacidad para el mismo espectro. De cara al futuro, será fundamental lograr capacidades revolucionarias de ahorro de energía dentro de 6G. Esto incluye explotar nuevos conjuntos de chips de dispositivos de bajo consumo y, cuando sea posible, estaciones base alimentadas por energías renovables.

"Las mejoras se pueden realizar mediante la modernización de los sitios existentes que tienen radios 2G, 3G y 4G instaladas con una radio de nueva generación, multiestándar, multisector y multibanda que admita los estándares móviles de 2G a 5G", explica el directivo.

La concienciación sobre el cambio climático está aumentando entre los proveedores de servicios de comunicaciones (CSP), que están comenzando a darse cuenta del coste de la inacción. Como "no hay verde sin digital", los CSP también están permitiendo que otros sectores comerciales se descarbonicen.

Con todo ello, el 5G es una piedra angular para construir una economía digital, donde los nuevos servicios innovadores para consumidores, empresas e industrias pueden ser un catalizador para un desarrollo sostenible de la sociedad mediante la optimización de la utilización del tiempo y los materiales. En este contexto, se necesita la modernización de la red para gestionar el crecimiento esperado y minimizar el aumento del consumo de energía.