España ocupa el puesto 14 de la UE en riesgo de infección por malware
El índice de riesgo de infección por malware en España es mayor que en otros países punteros de la UE como Alemania o Reino Unido.
Check Point Software Technologies, proveedor líder especializado en ciberseguridad a nivel mundial, desvela que España ocupa el 14º puesto en nivel de riesgo de infección por malware dentro de los países que conforman la Unión Europea. Con un índice de riesgo de 45, nos situamos por detrás de países como Portugal (54,7), Italia (50,9) o Francia (47,6), en un ránking liderado por Lituania (90,1), seguido de Grecia (61,8) y Croacia (55,8). A pesar de ello, algunos países como Alemania (42,3), Suecia (40,6) o Reino Unido (38,6) cuentan con un índice de riesgo menor. Por ello, la compañía señala los puntos débiles sobre los que España debe trabajar para mejorar su índice de riesgo frente a este tipo de amenazas.
“En la actualidad, España tiene un mayor índice de riesgo que países punteros dentro de la Unión Europea como Alemania o Reino Unido, pero también se encuentra por debajo de países como Italia o Francia”, señala Eusebio Nieva, director técnico de Check Point para España y Portugal. “El hecho de que España se encuentre en un nivel de riesgo de esta magnitud pone de manifiesto la necesidad que hay de concienciar sobre la importancia de la ciberseguridad, no sólo para el bienestar de las empresas, sino para garantizar la protección de todos los ciudadanos”, añade Nieva.
¿En qué tiene que mejorar las empresas españolas?
Los datos dejan en entredicho la calidad y el nivel de ciberseguridad en España. A pesar de que el malware es una amenaza con el que las empresas están muy familiarizadas, muchas todavía no son capaces de garantizar la seguridad de sus activos. Por este motivo desde Check Point identifican la prevención como la mejor estrategia de seguridad y desvelan 3 sencillos trucos para combatir el malware:
1. Proteger todos los dispositivos: cada vez incorporamos un mayor número de dispositivos conectados a la red como tablets, smartphones, etc. Sin embargo, no tomamos las medidas necesarias para proteger estos puntos de conexión, dejándolos vulnerables frente a potenciales ataques. Por este motivo, es indispensable instalar un software de protección especializado en las amenazas posibles de cada tipo de dispositivo conectado (ordenador portátil, tablet o dispositivo móvil).
2. Actualizar todos los sistemas: la ciberseguridad está en constante evolución, lo que se traduce en nuevas versiones de navegadores, sistemas de protección, aplicaciones, etc. La última versión disponible de cada software nos asegura instalar los últimos parches de seguridad y, por tanto, poner remedio a determinados fallos. Asimismo, es necesario deshacerse de todas aquellos programas o aplicaciones que no utilicemos, puesto que una versión desactualizada puede servir como punto de acceso para determinadas amenazas.
3. Formación y concienciación: aunque se ha repetido en innumerables ocasiones, sigue siendo uno de los errores más cometidos. Las técnicas que utilizan los cibercriminales son cada vez más avanzadas, por lo que hay que desconfiar de correos con remitente desconocido, evitar hacer clic en enlaces que no conoces ni descargar programas de páginas o oficiales. Además, es necesario formar y concienciar a los empleados de las medidas básicas de seguridad, ya que son el primer nivel de protección.
Por otra parte, el desarrollo tecnológico hace que las amenazas sean mucho más avanzadas y, por tanto, mucho más difíciles de detectar. “Un malware tan sólo necesita horas o incluso minutos para adentrarse en un sistema e infectarlo, pero detectar el problema y solucionarlo puede llevar semanas e incluso meses”, comenta Nieva.