El móvil, dispositivo clave a la hora de pagar
Las transacciones móviles se convierten en el medio de pago del futuro por facilidad de uso y rapidez.
Imaginemos que se nos olvida la cartera en casa y nos damos cuenta cuando ya estamos en la cola del supermercado esperando a pagar la compra de la semana. Probablemente nuestra primera reacción sería ponernos nerviosos, nuestra adrenalina subiría y nos acabaríamos frustrando por tener que volver a casa a por la cartera, pero en el actual proceso de digitalización del pago en el que nos encontramos dejarnos la cartera en casa no sería un problema.
La innovación en el sector de medios de pago y la incorporación de tecnologías como el contactless han permitido que se lleven a cabo desarrollos y aplicaciones que permiten convertir nuestro dispositivo smartphone en un wallet digital con la capacidad de almacenar las tarjetas de forma segura y realizar pagos en establecimientos físicos.
Los pagos en tienda con dispositivos móviles son cada vez más habituales y utilizados por los consumidores, que cambiamos nuestros hábitos gracias a las oportunidades que nos ofrece la tecnología. Algunos de los factores por los que modificamos nuestra conducta constantemente son entre otros, la falta de tiempo o la búsqueda de comodidad en los procesos.
Hoy en día, podríamos considerar que el pago móvil es una de las grandes innovaciones informáticas de los últimos diez años, ya que está marcando un antes y un después en la forma de pagar en los usuarios en las tiendas físicas y virtuales. Para poder pagar con el dispositivo móvil en un establecimiento, bastaría con que el terminal de cobro aceptara el pago a través de tecnología NFC y que los compradores tuviéramos una aplicación compatible con el banco que nos permita realizar pagos móviles.
Según previsiones del Statista Digital Market Outlook, en países como Estados Unidos el gasto medio por usuario con pago móvil ascenderá a 1.838 euros, seguido de Reino Unido con 1.683 euros de media, mientras que España poco a poco va aumentando su cifra, situándose en sexta posición realizando pagos móviles de una cantidad media de 363 euros.
En España, según los datos recogidos en el estudio ‘El futuro de la aceptación de pagos’ publicado por UniversalPay y en el que Uinku Payments ha colaborado, el 86% de los usuarios jóvenes no dudan en utilizar su móvil para realizar pagos online o consultas relacionadas con su economía y situación financiera. Además, estos consumidores gastan una media de treinta euros, adquiriendo principalmente, bienes relacionados con el ocio.
Se espera que para el año 2020, el 93% de los españoles haga pagos digitales con sus móviles de forma habitual. Estos datos de rápida adopción y crecimiento, reflejan que los usuarios valoran los beneficios que les ofrecen las transacciones móviles:
· Es una forma de pago rápida, ya que a través de una aplicación se pueden enlazar las tarjetas con las que se quieran llevar a cabo los pagos. Es una manera de tener en nuestro móvil una solución de pago, sin necesidad de llevar la cartera encima.
· Es sencillo, solo es necesario acercarlo al terminal de cobro del establecimiento físico, de la misma forma en la que se acercan las tarjetas contactless para realizar los pagos.
· En la aplicación utilizada para pagar, quedará el registro de todas las operaciones realizadas permitiendo al usuario controlar y gestionar sus pagos.
Los datos mencionados reflejan una realidad en cuanto al pago móvil y una oportunidad para agilizar el proceso de pago y mejorar la experiencia de compra de los consumidores. Desde el Departamento de Comunicación de Uinku Payments, ISO española que procesa operaciones y presta servicios financieros de adquirencia en una única solución integrada, señalan que “las transacciones a través de un smartphone agilizan e invisibilizan el proceso de pago. Los comercios tienen que adaptarse y tener en cuenta el crecimiento de uso de esta tecnología entre los consumidores y ofrecerles una experiencia de compra adaptada a sus necesidades”. Las empresas deberían reflexionar y entender que cada consumidor es diferente y cada uno de ellos compra de manera distinta y utilizando la tecnología que más confianza o mejor experiencia de pago les genera.