Cómo la IA transforma la Industria 6.0
Las grandes revoluciones de la industria han solido traernos símbolos visibles: fábricas, maquinarias especiales, pantallas, controles, pulsadores, entre otras muchas cosas. La inteligencia artificial, en cambio, no se ha presentado como un nuevo aparato, sino como un integrador invisible en tecnologías que ya existían, potenciándolas desde dentro.
Podríamos estar hablando así de una revolución silenciosa. Y no porque pase desapercibida, sino porque transforma sin llegar a alterar la forma, cambiando nuestro modo de operar y modificando nuestra capacidad de tomar decisiones. Y aunque no haga ruido, su impacto es tan disruptivo como el de cualquier avance industrial del pasado.
En la última década, hemos sido testigos de una evolución profunda en el entorno industrial impulsada precisamente por la IA. La digitalización, la automatización y la conectividad definieron el camino hacia la Industria 4.0, mientras que la llegada de la Industria 5.0 incorporó un enfoque más humanista, destacando la colaboración entre personas y máquinas. Ahora, surge una nueva etapa: la Industria 6.0. En esta fase emergente, los procesos industriales no solo se automatizan, sino que se adaptan de manera autónoma a las necesidades específicas de cada entorno de producción, optimizando la eficiencia operativa y avanzando hacia modelos más sostenibles.
Según un estudio de Minsait, el 72% de las organizaciones identifican la eficiencia y la optimización de procesos como principales razones para adoptar IA. No es de extrañar si en sectores como el manufacturero, la automatización inteligente ayuda a reducir tiempos de inactividad y mejora la calidad. O en el sector energético, que puede optimizar la distribución de recursos y avanzar hacia modelos más sostenibles.
A pesar de que en España aún queda camino por recorrer para la implementación total de la 6.0, existen avances que permiten a las organizaciones adaptarse de manera estratégica a esta nueva revolución industrial.
IA para operaciones más inteligentes y sostenibles
El despliegue de la inteligencia artificial en la Industria 6.0 va mucho más allá de mejorar la producción. Su valor reside en cómo transforma funciones críticas de las operaciones industriales, integrando inteligencia contextual, autonomía operativa y sostenibilidad desde el diseño.
Uno de los ejemplos más claros es el mantenimiento. La Industria 4.0 comenzó a evolucionar gracias al IoT y a la analítica de datos, que brindaron la posibilidad de anticiparnos a los fallos con mayor rapidez. Ahora, en la 6.0, este enfoque se convierte en predictivo, sin necesidad de datos históricos. La IA es capaz de aprender continuamente, analizar el entorno en tiempo real y adaptarse a nuevas condiciones. Así, el mantenimiento deja de ser una tarea reactiva para convertirse en una función estratégica que maximiza el rendimiento de los activos, reduce las paradas no planificadas y optimiza los recursos operativos.
En el sector energético, gracias a la IA generativa, hoy es posible simular múltiples escenarios antes de que ocurran: anticipar picos de demanda, detectar cambios en los precios o gestionar los recursos de las fuentes renovables. Este enfoque, conocido como optimización energética basada en datos, redefine la eficiencia energética, ya no como un objetivo técnico aislado, sino como una herramienta estratégica directamente conectada con la sostenibilidad y la competitividad empresarial.
En esta línea, la industria empieza a dejar atrás el modelo lineal de “producir, usar y tirar” para avanzar hacia sistemas cíclicos e inteligentes. Aquí la eficiencia, el reciclaje y la adaptación están presentes desde la concepción misma de las infraestructuras. Un claro ejemplo de ello son los gemelos digitales impulsados por IA, que permiten simular, validar y optimizar procesos o instalaciones antes incluso de su construcción. Se minimizan errores, se reducen costes y se asegura un funcionamiento más eficiente y sostenible desde el inicio, cumpliendo con los marcos regulatorios actuales y contribuyendo al cumplimiento de los objetivos ESG.
La IA y las personas, clave para el talento del futuro
Además de la eficiencia operativa, la inteligencia artificial está redefiniendo también la relación entre tecnología y talento humano. La Industria 6.0 avanza el mensaje de “la IA libera al operario para tareas de mayor valor” y se dirige así hacia una integración más profunda, una colaboración inteligente que transforma los entornos industriales en espacios de aprendizaje y evolución conjunta.
Según el mismo estudio de Minsait, el 36% de las organizaciones identifica la falta de profesionales cualificados como una barrera para adoptar la IA. En lugar de limitarse a compensar esa escasez, la Industria 6.0 tiene el reto de convertir esta brecha en un motor de transformación al permitir que las personas y los sistemas inteligentes co-evolucionen juntos. Mientras la IA aprende del contexto operativo y se adapta en tiempo real, los profesionales adquirirán nuevas competencias apoyándose en decisiones sugeridas por los sistemas, ampliando su campo de acción y acelerando su curva de aprendizaje.
En fábricas donde operan microgrids inteligentes, por ejemplo, el talento humano supervisa e interactúa con la tecnología para redefinir continuamente los procesos. La IA sugiere, prioriza, simula. La persona decide, ajusta, innova. Este bucle continuo de realimentación permite una inteligencia compartida, en la que el sistema aprende de las decisiones humanas y viceversa.
Asimismo, esta colaboración inteligente ayuda a atraer y retener talento al ofrecer entornos más tecnológicos, adaptables y con impacto directo en la sostenibilidad o la innovación. Un modelo que no deshumaniza, sino que revaloriza el rol del trabajador, ampliando su impacto y su capacidad de intervención.
La Industria 6.0 es una revolución silenciosa: no busca imponerse, sino que busca integrarse en sistemas que aprenden, en decisiones que se toman antes de que ocurran los problemas y en los procesos que optimizan recursos sin perder de vista el impacto social y medioambiental. Comienza una nueva etapa donde la eficiencia ya no se limita al rendimiento técnico, sino que se convierte en palanca de sostenibilidad, resiliencia e innovación. Para los fabricantes, esto abre un nuevo abanico de oportunidades donde la innovación sí se mide en tecnología, pero también en seguridad, valor, calidad y gestión inteligente de los datos. Una combinación que solo puede brindar la IA con visión humana.
Román Cazorla responsable del segmento industrial en Eaton Iberia
