Ya sabemos que teníais ganas, así que hemos vuelto puntuales a la cita de vuestra evaluación acerca de lo que ha pasado recientemente en el ámbito digital, o al menos sobre cómo lo hemos mostrado en nuestras páginas de Hay Canal, netsecure, y este mismo blog del Pulpo. Que, así entre nosotros, mejores medios de información, poquitos.
En la Sierra de Guadarrama hay una montaña con el no muy bonito nombre del Alto de las Guarramillas, conocida por albergar en su cima, desde mediados del siglo XX, unas antenas que en tiempos servían para la retransmisión de Radio Televisión Española. Como también por aquella época los telediarios comenzaban con una imagen del globo terráqueo con una antena encima emitiendo rayos que simbolizaban la retransmisión, se popularizó el más conocido nombre de esa montaña, como La Bola del Mundo.
Aprovechando que la semana pasada hablamos sobre aprender a programar, nos viene hoy muy bien un nuevo artículo para que nos haga de secuela, que ya sabéis que de vez en cuando en este blog nos gusta desarrollar sagas. Eso sí, el tono va a ser menos lúdico…
Tenemos un poco olvidada la sección de reseñas de películas con temática tecnológica, así que hoy nos toca empezar a recuperar el ritmo. Y lo vamos a hacer con Her, dirigida en 2014 por Spike Jonze, especializado en vídeos musicales que a veces rueda cine, y del que había visto dos propuestas originales anteriormente, como son la marciana pero genial Cómo ser John Malkovich y la curiosa y psicológica Donde viven los monstruos.
Ha llegado el momento de encontrarse de nuevo con la dureza del Pulpo evaluador, ese que tanta fama de estricto (por decirlo suavemente) se ganó la temporada pasada… Aunque no es menos cierto que luego derivó al extremo opuesto, llevando la complacencia al absurdo (pocos ignoran que aquello tenía pinta de sarcasmo, pero en fin…)
Ya os dijimos que nos gustan las sagas, y el número ideal en esto es el tres, así que nos faltaba un artículo para redondear la temática de la programación. Además, hemos dejado para el final lo más avanzado, como debe ser.
Estos últimos días están apareciendo noticias acerca del creciente interés de varias compañías por apuntarse al concepto de metaverso. ¿Y eso qué es lo que es? Pues básicamente, un mundo virtual en paralelo al real, que ahora se quiere hacer posible con la tecnología. Un poco como cuando Jeff Bridges se metía en su propio videojuego en Tron, o como también nos contó Spielberg en Ready Player One.
Antes de nada, pido disculpas por el título del post, pero es que me lo han puesto en bandeja. Entre el tema que traemos hoy al blog, y aquella lamentable traducción del título de cierta película (de hecho esto pretendía ser una sátira), vi la conexión inmediatamente. Es lo que hay.
Como sabemos que de todo tiene que haber en la viña del señor, no sería extraño pensar que haya quien compre agujas para hacer ganchillo por Internet, y ese mismo luego se persone en una tienda física para adquirir su siguiente ordenador personal. O quien encargue el pan por Amazon y se vaya al negocio de la esquina para contratar Netflix.
Resulta curioso esto de la antigüedad de las cosas que no creemos que sean tan antiguas, que parece que son ya del presente siglo XXI o casi. Por ejemplo, que la primera computadora que se puede considerar como tal sea de 1938, que en los 40 IBM ya hacía las suyas, o que el primer teléfono móvil comercial sea de 1984 aunque Motorola ya lo creara en 1973.
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