Tres millones de usuarios de Twitter son en realidad bots
En la actualidad, Twitter es una de las redes sociales más populares a nivel mundial, con 310 millones de usuarios activos, pero cuántos son reales es otra cuestión. No obstante, el concepto de bot en el uso de esta red social es también algo que hay que matizar.
Según datos de Séntisis, tecnología semántica para el análisis de la conversación de redes sociales especializada en el idioma español, el 1% del total de usuarios registrados en el site de microblogging no es humano, sino un bot.
“Un bot es un usuario que no piensa en el contenido que comparte, que no genera contenido original y cuyo comportamiento puede ser normal en ocasiones” explica Emilio Ortiz, director de Data Science de Séntisis y PHD en Applied Machine Learning por la Universidad de Alcalá. “Sin embargo, un usuario humano puede tener un comportamiento bótico en un determinado momento y no por ello serlo. A todas las interacciones generadas de esta manera las llamamos conversación bótica”. Puede parecer que un 1% de usuarios es un porcentaje poco significativo, pero en una red social con tantos usuarios, supone un total de 3 millones de bots, una cifra más que respetable y digna de analizar en detalle.
La palabra bot tiene un contexto negativo, pero no tiene por qué ser malo. Existen bots que informan sobre el tráfico, el tiempo o los precios de la gasolina, y que generan una información muy útil. Además, pueden ayudar a los internautas a resolver sus dudas a las horas en las que no haya una persona detrás del ordenador.
Séntisis ha desarrollado una investigación para poder filtrar la conversación bótica y analizarla de forma independiente. Las conclusiones que han sacado son:
• Algunos usuarios automáticamente publican contenido de ciertos medios. Esto puede hacerse para posicionar las noticias en la red social y que aparezcan primero en la búsqueda de los usuarios, lo que repercute en mayor tráfico en la web y por tanto más ingresos.
• Otros, por su parte, utilizan bots con fines u objetivos. Un fin puede ser desde hacer que su artista favorito participe en un concurso a generar mala imagen sobre un partido político o compañía. Aquí hay que destacar que existe una fina línea entre bots y grupos de trolls, dado que si se planifica un comportamiento para atacar a una entidad en un determinado momento, este comportamiento puede ser automatizado o pueden ser usuarios reales, pero definitivamente no es un comportamiento espontáneo.
• Otra parte de la comunidad simplemente se aprovecha de la automatización para hacer el contenido eficiente. Hay plataformas que hacen que nuestro comportamiento sea “más bot”, que utilizamos con mucha frecuencia, como las plataformas que permiten planificar tuits.
• Algunos bots, para evitar ser identificados por Twitter, tienen nombres y apellidos generados automáticamente y descripciones estándar que usan refranes. Además, se siguen entre ellos e incluso dejan de publicar cada cierto tiempo y generan nuevas cuentas.
En su investigación, Séntisis ha conseguido identificar este tipo de usuario cruzando la semántica con momentos temporales, es decir, comprobando qué cuentas comparten el mismo contenido sin aportar opinión en un momento justo.