España no está entre los países mejor adaptados al uso productivo de Internet de las Cosas
En el sector de las tecnologías de la información está surgiendo desde hace años una serie de conceptos cada vez más nombrados en forma de tendencias, si bien no responden a soluciones o herramientas concretas, y de hecho se solapan unos con otros. Uno de ellos es el del Internet de las Cosas, que aúna ámbitos como el cloud computing, el networking o la movilidad.
Pero el hecho es que los estudios de muchas consultoras acerca del futuro de la informática y su repercusión en la industria y la economía en general manejan estos conceptos para predecir tendencias y aconsejar pautas a las compañías e incluso gobiernos. Es el caso de Accenture, cuyo último informe, presentado esta semana, habla de las posibilidades económicas del Internet industrial de las Cosas y de la importancia de que los estados ofrezcan las condiciones adecuadas para que este mercado sea lo más rentable posible.
En el informe “Cómo ganar con el Internet industrial de las cosas”, Accenture explica que este concepto podría llegar a generar 14,2 billones de dólares a nivel mundial hasta 2030. A partir de aquí, habría que estimar qué parte correspondería a cada una de las tecnologías que integran el IIoT, o qué otros conceptos tecnológicos en boga actualmente se solaparían en beneficios con esa cifra.
En cualquier caso, lo que la consultora quiere destacar es la diferencia que puede haber entre las ganancias potenciales de la Industrial Internet of the Things si los Gobiernos y empresas toman las medidas adecuadas para aprovechar su tirón o no lo hacen. Por ejemplo, el estudio estima que con las inversiones en IIoT actualmente planeadas en Estados Unidos, el PIB acumulado del país norteamericano obtendría 6,1 billones de dólares hasta 2030, mientras que aumentando esas inversiones un 50%, la cifra probablemente ascendería hasta los 7,1 billones de dólares.
Es precisamente la falta de concreción de los planes de las empresas respecto a IIoT lo que podría poner en peligro las potenciales ganancias. Según una encuesta entre 1.400 líderes empresariales de todo el mundo, el 73% se encuentran en esa situación de falta de planes concretos, y sólo el 7% tiene una estrategia amplia con inversiones precisas. Aquí debería entrar, entendemos, la claridad con respecto a todas y cada una de las tecnologías integradas en dichos planes. El mensaje se lanza como un mantra, pero el proceso o procesos completos seguramente conllevan una complejidad importante.
Por otro lado está, según explica la consultora, el uso del IioT. La mayoría de las compañías suelen utilizarlo con el objeto prioritario del aumento de la eficiencia y productividad de los trabajadores (46% según la encuesta) y la disminución de los gastos operativos (44%). Accenture explica que la mayor productividad de la IIoT se obtendría de generar nuevas fuentes de ingresos. Paul Daugherty, chief technology officer de Accenture, ve el cambio en que las compañías “empiecen a utilizarla para acceder a nuevos mercados y fuentes de ingresos”, y afirma que “eso supone un cambio radical en su forma de trabajar, ya que implica colaborar con competidores, establecer alianzas con otros sectores, rediseñar las estructuras organizativas e invertir en nuevos talentos y conocimientos”.
Como hemos dicho, la labor atañe también a los Gobiernos. Daugherty explica que “la adopción de nuevas tecnologías requiere, entre otras cosas, buenas infraestructuras, una sólida base de conocimientos y apoyo institucional. Y las empresas tendrán que colaborar con los Gobiernos en la mejora de estas condiciones para fomentar una mayor inversión en IIoT y acelerar su adopción”. En este sentido, el informe explica que muchos países no han creado aún las condiciones adecuadas para favorecer la adopción del IIoT, y la mala noticia es que España está entre ellos, junto con Italia, Rusia, India y Brasil, entre los 20 estudiados por Accenture. En el lado contrario, el ejemplo a seguir lo pondrían EE UU, Suiza, los países nórdicos y Holanda.