Entre la abundancia de legislación y la confianza ciega en la inteligencia artificial
Como estamos viendo recientemente, las publicaciones sobre inteligencia artificial van alternando artículos que destacan sus grandes ventajas con otros que advierten de sus peligros, lo cual es reflejo de la actitud bivalente en el acercamiento de la sociedad a la misma.
La inteligencia artificial irrumpió de forma clara y generalizada a lo largo de 2023, pero aún está lejos de desarrollar todo su potencial. Más allá de los avances que aporta, la IA se erige como el nuevo gran riesgo global a corto plazo, junto con la crisis climática, según el último informe del Foro Económico Mundial (FEM).
En este escenario, los expertos de EALDE Business School sostienen que, “al margen del recorrido que se tiene en términos de algorítmica y aprendizaje, la IA tendrá un efecto disruptivo nunca visto en la historia de la humanidad. La computación cuántica acabará por llevar a la inteligencia artificial y a la computación en general, a límites insospechados”.
Sergi Simón, coordinador del Área de Riesgos de la escuela de negocio, mantiene que las ventajas de la IA son innumerables y, en consecuencia, las oportunidades asociadas muchísimas. No obstante, los riesgos también son igualmente enormes. Confiar en exceso de los resultados de procesos de IA puede llevarnos a cometer errores críticos.
“El uso de la IA por parte de malas prácticas de la competencia puede llegar a destruir nuestra reputación, y los sesgos asociados a malos modelos de entrenamiento puede discriminar colectivos o poblaciones enteras”, aclara el experto. En este sentido, no solo se trata de vigilar las nuevas prestaciones asociadas la IA, se trata de pensar cómo esas nuevas prestaciones pueden convertirse en amenazas.
En segundo plano, está la enorme dependencia que cada vez más tienen todo tipo de actividades del flujo de información y de la transferencia de datos mediante internet. “Ya no solo se trata de la vulnerabilidad asociada a que los datos fluyan por la red, se trata de que, si dejan de fluir, la disrupción es clara y potencialmente crítica”, mantiene Sergi Simón.
La desinformación, nuevo líder del ranking de riesgos a corto plazo
La Inteligencia Artificial ha permitido, que personas y/o organizaciones sin demasiadas habilidades, generen gran cantidad de información falsificada que aumentará en el tiempo y contenidos ‘sintéticos’, como clonación de voces e imágenes, así como falsificación de sitios web para para engañar a las personas.
En este sentido, Roberto Castro, profesor del Máster en Gestión de Riesgos de EALDE Business School, señala que “para combatir los riesgos crecientes, los Gobiernos están comenzando a implementar nuevas regulaciones dirigidas a combatir la desinformación en línea y el contenido ilegal”. Sin embargo, este experto apunta que “las regulaciones probablemente se quedarán rezagadas debido a la gran velocidad de innovación de la IA. Sin embargo, el exceso de regulación no es positivo para el desarrollo de la inteligencia artificial, por lo que se debe mantener un equilibrio entre innovación y regulación”.
Para EALDE Business School, es importante que las empresas, Gobiernos y otras organizaciones establezcan políticas y regulaciones digitales efectivas que demuestren prioridades claras y estables. Por ejemplo, en China la regulación exige colocar una marca de agua, que indique que el contenido fue generado con inteligencia artificial, lo que puede ayudar a identificar información falsa, manipulada o errónea. “Además, la Inteligencia Artificial aumentará la brecha digital entre países de altos y bajos ingresos, provocando una mayor disparidad en la distribución de beneficios y riesgos”, puntualiza Roberto Castro.
Según EALDE Business School, los países vulnerables y las comunidades quedarán aún más atrás, digitalmente aislados de los avances de la Inteligencia Artificial, lo que impactará en:
1. Productividad económica de los países, la cual será mayor en los países más digitales al reducir costes y aumentar la producción de bienes y servicios.
2. Finanzas, las cuales aprovecharán mejor las ineficiencias del mercado, lo que permitirá a las empresas de los países desarrollados financiarse a tasas de interés más bajas.
3. Clima, se podrán controlar mejor el impacto personal y patrimonial del cambio climático con modelos altamente desarrollados y automatizados.
4. Educación, mejorará la educación en especial en herramientas digitales.
5. Salud, mejorarán los diagnósticos y la forma de enfrentar las enfermedades.
6. Creación de empleo de alto valor agregado, gracias a las herramientas digitales.
Por todo esto, “las autoridades, los líderes políticos y empresariales, así como las organizaciones con o sin fines de lucro, deben buscar un equilibrio entre la regulación, innovación y el combate de la desinformación utilizando inteligencia artificial, para ganar y mantener la confianza de la población en general, así como impulsar el desarrollo de sus respectivos países”, señala Roberto Castro.