En 2025, los ciberataques le costarán al mundo el triple que en 2015
Los ecosistemas IoT van a requerir mejorar sus ciberseguridad y su sostenibilidad.
En un mundo cada vez más digital, disponer de infraestructuras de internet seguras es un desafío y una obligación. Al aumentar la cantidad de dispositivos que comparten datos, gracias al auge y la democratización del internet de las cosas (IoT, por las siglas en inglés), crece también el número de amenazas a las que se enfrentan los usuarios: se calcula que, si se mantiene el ritmo de crecimiento actual, el valor de los daños causados por ciberataques ascenderá a unos 10,5 billones de dólares anuales en 2025, frente a los tres billones del 2015, lo que supone un aumento de más de un 200 %.
El desarrollo de medidas de ciberseguridad para mitigar y reducir estos riesgos debe ser sostenible. Al apostar por la sostenibilidad, se fomenta que internet sea un elemento responsable con el medioambiente, se garantiza un acceso equitativo a la red, se impulsa la inclusión digital y se promueve la responsabilidad social.
Esta es una de las premisas que llevó a investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) a coordinar el proyecto Bringing Sustainable Cybersecurity to the Internet of Things (SECURING), en el que colaboran la Universitat Autònoma de Barcelona y la Universitat Rovira i Virgili.
Financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, el proyecto busca contribuir a un desarrollo sostenible de internet proporcionando tecnologías de ciberseguridad y privacidad que protejan de forma eficiente las infraestructuras del internet de las cosas. De este modo, se estará protegiendo una parte importante de las economías, al mismo tiempo que se promoverá la sostenibilidad desde el punto de vista social y medioambiental.
La importancia de contar con un internet sostenible
Cada vez resulta más claro que el concepto de sostenibilidad no debe relegarse a la economía y el medioambiente, sino que debe integrarse en todos los ámbitos y sectores. Entre ellos, el digital: internet mueve el mundo, por lo que, si resulta insostenible, el mundo también lo será.
En 2020 había más de 9.700 millones de dispositivos IoT en el planeta, y se calcula que el número puede triplicarse en 2030. Producir, mantener y proteger estos dispositivos y las actividades que realizan (gracias a la ciberseguridad) requiere de métodos sostenibles.
"En el contexto del IoT, la ciberseguridad sostenible implica asegurar que los dispositivos y sistemas sean seguros y privados, mientras se reducen al mínimo los impactos ambientales y se aprovechan al máximo las oportunidades de eficiencia energética", explica el catedrático David Megías, director del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la UOC y coordinador del proyecto SECURING, junto con la profesora e investigadora Helena Rifà, de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación.
No promover la sostenibilidad tendría consecuencias en distintos ámbitos. "Podemos especular con algunas consecuencias potenciales de no promover la ciberseguridad sostenible, como las interrupciones del servicio a causa de ciberataques; la pérdida de privacidad, de información y de confianza por parte de los usuarios, o el aumento de problemas de congestión que pueden reducir la velocidad y la eficiencia de la red", explica Megías, quien dirige el grupo de investigación K-riptography and Information Security for Open Networks (KISON).
A esto se suma que, si los dispositivos IoT no están diseñados para ser eficientes en el consumo de energía y no se reciclan adecuadamente, pueden contribuir al impacto medioambiental de internet y fomentar tanto la emisión de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático como el aumento de los residuos.
Uniendo sostenibilidad y ciberseguridad
De acuerdo con los coordinadores del proyecto, para evitar estos problemas es necesario un enfoque proactivo de seguridad, una regulación adecuada y la promoción de una cultura de ciberseguridad sostenible. Esta cultura debe fomentarse entre todas las partes interesadas: desde los desarrolladores de software hasta los propios usuarios.
El primer paso para garantizar la sostenibilidad debe darse en la propia creación de los dispositivos IoT, aspecto en el que se centra el proyecto SECURING. "Incorporar la ciberseguridad sostenible en el diseño de las TIC y el IoT es esencial, porque garantiza que los dispositivos sean seguros y privados desde el principio y protege a los usuarios de posibles ciberataques y violaciones de privacidad", señala el director del IN3.
"Además, al utilizar materiales y procesos de producción más eficientes y crear dispositivos con mayor durabilidad y reparabilidad, se puede reducir el impacto ambiental de las tecnologías. En resumen, al considerar la ciberseguridad sostenible en el diseño de las TIC y el IoT, se pueden crear soluciones más seguras, sostenibles y eficientes que beneficien tanto a los usuarios como al medioambiente", indica el catedrático de la UOC.