Cada smartphone nuevo supone 47 kg de CO2
La producción de un smartphone nuevo precisa el uso de 200 kg de materias primas, de las cuales 40 son contaminantes, lo que significa que durante el año 2021 se utilizaron 61 billones de materias nocivas para la fabricación de todos los smartphones que se crearon en el planeta.
Además, por cada dispositivo creado se emiten más de 47 kg de CO2 a la atmósfera, (lo equivalente a conducir más de 328 km con un coche de gasolina de tamaño mediano) y se necesitan más de 12 litros de agua limpia.
Estos datos muestran la necesidad imperante que existe de reducir la contaminación que se produce por el consumo de teléfonos móviles. Sustituir la compra de un smartphone nuevo por uno reacondicionado permite reducir en un 84% el CO2 que se lanza a la atmósfera. Para que un teléfono de segundo uso pueda ser lanzado al mercado se necesitan únicamente 7kg de CO2, por lo que la diferencia en la huella de carbono es más que considerable.
Los usuarios cambian su teléfono móvil una media de una vez cada dos años, según una encuesta hecha por CertiDeal. El 70% de las personas que deciden renovar su smartphone lo hacen sin que el modelo actual haya dejado de funcionar, de hecho, aproximadamente la mitad de los usuarios (54%), compra un dispositivo nuevo en cuanto el anterior muestra signos de fatiga.
Además de valorar la posibilidad de sustituir nuestros teléfonos móviles por reacondicionados en lugar de comprar un smartphone nuevo cada dos años, podemos conseguir hacer un consumo más sostenible alargando al máximo la vida de nuestro teléfono. De ambas maneras reduciremos la huella de carbono que produce la fabricación de estos dispositivos.
Debido que uno de los motivos más comunes para decidir cambiar de teléfono móvil es el deterioro de la batería, se puede aumentar la vida útil de los dispositivos ajustando el brillo, apagando la geolocalización y cerrando apps de segundo plano. Evitar que se descargue por completo y que el dispositivo quede enchufado tras la recarga son otras formas de alargar la vida de la batería. Podríamos recurrir a aplicaciones para controlar el rendimiento de nuestro smartphone y conseguir así hacer un uso adecuado del mismo. Si la batería del móvil se deteriora, conviene saber que es posible sustituir esta pieza para evitar comprar un nuevo móvil.
Otra forma de alargar la vida útil de nuestro dispositivo es contar con una funda o carcasa para evitar roturas por caídas y golpes y proteger la pantalla del teléfono con una superficie protectora. Además, se recomienda intentar evitar exponer el smartphone a arena, agua, y no tenerlo al sol en verano.
La sociedad nos empuja a renovar nuestro teléfono móvil con asiduidad, por lo que debemos intentar responsabilizarnos de su uso, alargar su vida útil y sobre todo, fomentar el reciclaje de estos dispositivos. Las empresas de teléfonos reacondicionados fomentan que la vida de los dispositivos sea mucho más larga, reparando o sustituyendo las piezas dañadas para permitir que el móvil pueda venderse de nuevo a otro usuario. Por este motivo, la compra y venta de dispositivos reutilizados ayuda a mantener el medio ambiente y promueve el reciclaje, ayudando a reducir de esta forma la contaminación del planeta.
Salvatore Macri, Country Manager en España de CertiDeal