La tercera ola TIC tras la pandemia
Las comunicaciones y la colaboración han sido, desde siempre, factores esenciales para las actividades comerciales de las empresas.
Pero, cuando la pandemia obligó a los empleados a trabajar desde sus casas, organizaciones de todos los tamaños se dieron por fin cuenta del papel crítico que desempeñan las comunicaciones en la continuidad y el crecimiento del negocio.
La necesidad en todo el mundo de dotar de autonomía a los millones de empleados que de repente pasaron a trabajar desde casa dio lugar durante la pandemia a una primera y significativa fase de inversión en UC&C, pasando de ser una aplicación "interesante" para la empresa a una "imprescindible". En España, por ejemplo, durante los Estados de alarma, el INE cifra la plantilla que utilizó en algún momento el trabajo en remoto en el 46,7%.
Transcurrido un tiempo y ante la evolución favorable de la pandemia, cuando algunos empleados empezaron a volver a sus centros de trabajo, se llevó a cabo una segunda fase de inversión destinada a apoyar la transición de los empleados que trabajaban de nuevo en sus oficinas (y, ocasionalmente, de nuevo de vuelta a casa, cuando las nuevas variantes del coronavirus aconsejaron el cierre de las oficinas).
Durante estas dos fases, las ofertas de comunicaciones en la nube experimentaron un gran crecimiento debido a su rendimiento, escalabilidad y ahorro de costes. Sin embargo, un porcentaje significativo de empresas y de instituciones públicas eligió una estrategia diferente: implementar las UC en las propias instalaciones o utilizar despliegues de nube privada personalizados.
En la actualidad, ha empezado una tercera ola de inversiones, pues las organizaciones comienzan a enfrentarse con la novedad y el reto de los entornos de trabajo híbridos de alto rendimiento. Por ejemplo, recientemente el BBVA ha informado de la implantación definitiva de un modelo de trabajo híbrido (presencial y remoto) en todo el Grupo, adaptándolo a la normativa local y a las necesidades de cada país.
Esta nueva situación hace que los departamentos de TI se planteen una serie de preguntas, como, por ejemplo:
• ¿Qué nueva funcionalidad de UCC conllevará beneficios más significativos para el negocio?
• ¿Cómo han de desplegar su solución de comunicaciones empresariales? ¿Deben actualizar los sistemas existentes, o sustituirlos y unificarlos para obtener un ahorro de costes y una reducción en el tiempo que el departamento de TI dedica a estas tecnologías, o externalizar completamente la solución para aligerar de carga de trabajo a su equipo TI?
• ¿Cómo deben adquirir la tecnología? ¿Deben seguir con el modelo tradicional CAPEX de compra de software o aprovechar los modelos financieros basados en la suscripción?
Desde Mitel, hemos podido observar cómo cada vez es mayor el número de responsables TI que evalúan estas cuestiones. Y también hemos advertido que ninguna organización quiere utilizar una solución de comunicaciones empresariales que no sea la mejor de su categoría, además de que buscan la flexibilidad total a la hora de elegir el despliegue a realizar.
Las compañías tienen una amplia gama de requerimientos en función de sus inversiones en comunicaciones, su tamaño, sus exigencias en materia de seguridad, sus necesidades de rendimiento de las aplicaciones, etc. Quieren la libertad de elegir la opción de despliegue que mejor se adapte a sus necesidades actuales y que brinde al tiempo una ruta para las posibles implementaciones futuras. En resumen, quieren sus comunicaciones de empresa a su manera.
Rodrigo González, Country Manager, Mitel Iberia
