Los despliegues WiFi 6 empiezan a ver la luz
El Wi-Fi entró en nuestras vidas hace ya 20 años y se ha convertido en una parte integral de nuestro día a día, tanto desde el punto de vista personal como empresarial.
Según IDC, en 2020 había unos 30.000 millones de dispositivos conectados y para 2025 se espera que esa cifra llegue a los 80.000 millones. Muchos de esos dispositivos se conectan a través de redes Wi-Fi, lo que ha provocado que la evolución de esta tecnología se deba asentar sobre el aumento de capacidad, de velocidad y de seguridad. También IDC predice que el mercado de redes WLAN crecerá hasta los 7.500 millones de dólares para el año que viene.
Ahora que el despliegue de Wi-Fi 6 se hace realidad, tres años después de su puesta en marcha en la industria, la consultora de desarrollo digital española Syntonize repasa las ventajas y las oportunidades que esta tecnología puede aportar a las organizaciones de todos los tamaños en sus procesos de digitalización, captación y fidelización de clientes.
“La evolución del Wi-Fi ha hecho que contemplemos esta tecnología como algo más que simple conectividad”, afirma Juan Quintanilla, CEO de Syntonize. “Las redes Wi-Fi suponen una plataforma para consolidar oportunidades de negocio en múltiples industrias y permiten la interacción con los usuarios de forma innovadora y personalizada, por eso es fundamental que el servicio que se presta sea robusto y de confianza, algo que conseguiremos con Wi-Fi 6”.
Entre las ventajas que ofrece la innovación de Wi-Fi 6 destacan el aumento de los 6,9 Gbps teóricos de Wi-Fi 5 hasta los 9,6 Gbps, es decir un 40% más de velocidad con una reducción de latencia en torno al 75%, gracias a la modulación 1024-QAM que permite comprimir los datos y aumentar los flujos a través del mismo ancho de banda. Además, Wi-Fi 6 puede operar tanto en la frecuencia de los 2,4 GHz como en la de los 5 GHz. Por otro lado, el protocolo WPA3 que utiliza Wi-Fi 6 permite tener más seguridad en redes abiertas y en redes públicas y también protege contra ataques de fuerza bruta.
El despliegue de esta nueva tecnología ofrece oportunidades para diferentes industrias:
· Vuelven los eventos masivos: ahora que parece que se retoma la normalidad en los espacios de gran aforo, las redes Wi-Fi 6 pueden mejorar las experiencias de la audiencia, incrementar las interacciones entre asistentes o crear servicios de valor añadido para los organizadores, como por ejemplo solicitar comida en el asiento o ver una jugada repetida en el móvil porque desde la butaca no la hemos captado plenamente. El desafío se encuentra en dar un servicio de calidad a miles de asistentes a la vez. Gracias a las innovaciones que incluye Wi-Fi 6, como OFDMA (Multiplexación por División de Frecuencias Ortogonales), 1024-QAM (Modulación de Amplitud en Cuadratura) y OBSS (Conjuntos de Servicios Básicos), las tasas de velocidad se adaptan a las necesidades de conexiones múltiples ante la congestión de la red.
· Mejoras en los hubs de transporte: las estaciones de bus o tren y aeropuertos o puertos suelen ofrecer servicios Wi-Fi a sus usuarios. De nuevo, se trata de áreas de alta densidad de usuarios conectados de forma simultánea enviando y recibiendo datos. Gracias al OFDMA y al OBSS de Wi-Fi 6 se puede mejorar la transmisión de información en estas áreas.
· Ciudades inteligentes con dispositivos IoT: en las ciudades del futuro muchos dispositivos estarán conectados para conseguir que el entorno urbano sea más amigable, pero el hecho de que semáforos, conductos de suministros, iluminación… se conecten a la vez precisa de un incremento en la eficiencia de la energía utilizada. Wi-Fi 6 permite que los dispositivos adopten un modo “suspensión” cuando no estén funcionado o que se conecten a intervalos predefinidos para prolongar su ciclo de vida sin necesidad de mantenimiento.
· Escuelas conectadas. Un par de cursos con clases a distancia ha hecho que el uso de ordenadores, tablets y teléfonos se haya vuelto casi imprescindible para profesores y alumnos, que querrán ahora aprovechar las ventajas que ofrecen los dispositivos también en el colegio. La enseñanza en vídeo, clases conectadas para alumnos que no pueden asistir o dispositivos IoT en la escuela precisan de una robustez que hasta ahora no se exigía y que Wi-Fi 6 puede aportar.