Teletrabajo, la transformación del modelo laboral
Hasta principios de 2020 hablar de teletrabajo era sinónimo de flexibilidad laboral, de una forma de trabajo que empleaban los freelance o las personas que por su ubicación tenían que trabajar en remoto para grandes empresas.
Muy pocas empresas contaban con equipos 100% remotos y, en muy pocos países se trabajaba a distancia de forma habitual durante la jornada laboral.
Aunque según un estudio de Global Workplace Analytics la penetración del home office ha crecido un 140% desde 2005, hay que reconocer que el coronavirus ha hecho más por el desarrollo del teletrabajo que todos los llamamientos previos para favorecer la conciliación familiar, la flexibilidad laboral o favorecer al cambio climático. Los datos son definitivos y clarividentes:
• En Estados Unidos, la cuna de la innovación, solo había 5 millones de teletrabajadores habituales en 2019 (4% del total).
• En España solo el 3% trabajó desde casa regularmente.
La expansión del teletrabajo era un asunto del futuro y no del presente, aseguran desde la compañía BizneoHR, que acaba de publicar una guía sobre el trabajo en remoto. Sin embargo, la pandemia ha transformado el mundo y, por consiguiente, el sector empresarial. El coronavirus ha demostrado que el teletrabajo no era una alternativa o una opción de flexibilidad: era una necesidad para adaptarse al mundo que viene, la llegada de una nueva era laboral.
Por tanto, una situación crítica ha permitido descubrir una forma de trabajo con múltiples ventajas:
- Mejora de productividad
- Reducción de absentismo laboral
- Disminuye los costes
- Favorece la conciliación familiar
- Empleados más motivados
- Atrae talento diferencial
Y... si fuese poco, dos beneficios muy de actualidad: reduce la huella medioambiental en un momento que hemos comprobado la necesidad de comenzar a adoptar medidas que eviten el daño al planeta y es un modelo permite trabajar a sus empleados ante cualquier imprevisto, como se ha comprobado la actividad de la empresa no para.
