Por qué la disrupción es buena para tu empresa
La transformación digital por la que atraviesan las empresas actuales tiene a muchos líderes bastante asustados. Todo el mundo conoce las historias en torno a disruptores como Uber y Airbnb, empresas que utilizaron software para crear nuevas experiencias de clientes y, en el proceso, están amenazando modelos de negocio arraigados. Algunos de esos negocios tradicionales creen que la disrupción es algo que hay que temer, y se resisten fuertemente.
Son interesantes las recomendaciones de Michael Frendo, CIO de Polycom, que sugiere a los directivos un punto de vista diferente. Opina que demonizar a los disruptores distrae a las empresas de la innovación y de entender exactamente lo que las está frenando en el mercado:
“A la larga, la disrupción no destruye los negocios, pero la falta de innovación sí. Sin embargo, la innovación no debe medirse únicamente en términos tecnológicos. A veces la mejor tecnología gana por sí sola. Pero más frecuentemente, es la tecnología con una estrategia de lanzamiento al mercado la que atrae al gran público. En un intento por sobrevivir al ataque de una industria en constante cambio, muchas compañías hacen todo lo que pueden, incluyendo demonizar a las mismas organizaciones que podrían ayudarles más".
Podemos poner un ejemplo de nuestra propia empresa que refleja esta idea. Recientemente Polycom ha hecho un acuerdo con una empresa de servicios de videoconferencia web y vídeo basado en la nube. A primera vista, esta asociación no parece tener sentido. Polycom es líder en salas de reuniones empresariales, mientras que la otra compañía ofrece servicios de vídeo en un modelo SaaS. Esto parecería ser una ganancia de suma cero, o bien un enfoque en el que sale ganando una empresa o bien la otra.
Pero esta forma de pensar no tiene en cuenta el panorama estratégico en un sentido amplio. Pocos cuestionarían las innumerables ventajas que ofrece el vídeo para la conectividad y colaboración empresarial. Sin embargo, sigue habiendo temas que dificultan que las videoconferencias estén ya en todas partes. Existen desafíos a nivel de usuario final: ¿cuál es la experiencia cuando un individuo dentro de la organización intenta programar, iniciar, compartir contenido, grabar y/o transmitir una videoconferencia?. También hay preguntas a nivel estratégico a los que dar respuesta: ¿son la seguridad y el control de una solución on-premise (local) más importantes para nosotros que el menor coste de entrada y la rápida escalabilidad del SaaS?.
Una clara comprensión de estos retos empresariales a los que se enfrentan nuestros clientes nos llevó a integrar al evidente disruptor para impulsar la adopción y dar a los clientes más opciones sobre cómo integrar el vídeo en sus procesos empresariales.
A través de una investigación interna en Polycom, nos dimos cuenta que cuando los dispositivos personales como teléfonos, tabletas y ordenadores se conectan con vídeo a terminales internos (situados en la propia empresa), el uso global de las salas habilitadas con sistemas de colaboración de vídeo aumenta del 10 o el 20% al 60-80%. Más acceso a la colaboración con vídeo equivale a más uso. Y más uso significa mayores exigencias... Al repensar nuestra competencia, nos dimos cuenta que necesitábamos superar las barreras tecnológicas y culturales que impiden la aceptación generalizada y un partner era la mejor forma. En lugar de intentar convencer a las empresas para que inviertan en una red de salas de reuniones internas con la esperanza de que se utilicen, el uso generalizado de las unidades de vídeo exige que las salas se basen en dispositivos personales y no en las salas en sí.
Por supuesto, incluso cuando las empresas tecnológicas tienen una idea clara de los retos de su mercado, necesitan ofrecer productos y servicios innovadores. Otra manera de aceptar la disrupción es llevarla a cabo de manera interna, en la propia empresa, periódicamente, desafiando constantemente las suposiciones internas y acelerando el desarrollo de nuevos servicios. Este es el concepto detrás del desarrollo Agile, que permite a los equipos de ingeniería responder a la imprevisibilidad del negocio a través de cadencias de trabajo rápidas e iterativas conocidas como "sprints". Tener la tecnología de colaboración adecuada es crucial para fomentar un desarrollo ágil.
Puede ser turbador cuando la forma tradicional de hacer las cosas ya no se traduce en el éxito empresarial. Pero la disrupción puede darnos ventajas. Es positivo adoptarla internamente para fomentar la innovación, apoyándose en la tecnología colaborativa. Y aprovecharla externamente a través de acuerdos estratégicos, impulsados por una clara comprensión de los retos empresariales y las ventajas del mercado a largo plazo.
Si no se acepta la disrupción, se corre el riesgo de quedarse atrás.
Por José María Vilar-Sancho Raga, Portavoz y Sales Manager de Polycom Iberia
José María Vilar-Sancho Raga