Software as a Service lidera la transformación digital de las pymes
La propuesta SaaS, Software as a Service, permite que las Pymes, sean del tamaño que sean, puedan acceder a soluciones que en modalidad de compra tradicional solían estar solo al alcance de las grandes empresas.
Aparte de la adquisición de las licencias o el pago de desarrollos específicos y de los servicios de implantación relacionados, una implantación física supone invertir en el despliegue y/o actualización de la TI periférica (hardware, sistemas operativos, redes, bases de datos, …), y, también, en su mantenimiento. Además, hay que sumar a estos gastos, los derivados del despliegue de sistemas de seguridad informática (copias de seguridad, antivirus, …).
“Todo eso cambia con las posibilidades que ofrece el entorno Cloud y, en concreto, SaaS, que está liderando la actual Transformación Digital de las empresas. En este tipo de consumo TI, todos los elementos comentados anteriormente pasan a estar del lado del proveedor del software, y forman por tanto parte de su propuesta. La empresa solo tiene que desembolsar un pago mensual según puestos habilitados y acceder al programa vía online desde cualquier dispositivo”, dice Pablo Couso, consultor senior de Datisa.
Las ventajas del SaaS son muchas. Liberarse del despliegue de infraestructuras TI, supone poder centrarse al 100% en cuestiones meramente de negocio. Aparte de los ahorros en costes, los relativos a tiempo son fundamentales pudiendo, por ejemplo, abordar iniciativas clave hoy en día como la internacionalización de la empresa sabiendo que las sucursales que se monten pueden acceder rápida y fácilmente al ERP corporativo desde cualquier punto geográfico.
Antes, resultaba muy arriesgado invertir en TI para cubrir una necesidad o posible oportunidad de negocio. El esfuerzo y los costes eran altos y, una vez, acometidos no había marcha atrás. Esto ha paralizado muchas iniciativas de implantación de ERPs en las empresas. Ahora, existe la posibilidad de ‘alquilar’ los módulos que se deseen para probar su eficacia o responder a requerimientos puntuales, a modo de ensayo/error.
La Pyme no está ‘secuestrada’ con esa solución, ni comprometida con el proveedor. De ella depende continuar o no con el servicio. Con estas condiciones, ¿qué empresa le dice no a la innovación?