Las organizaciones y los individuos continúan usando soluciones y estrategias obsoletas a pesar del incremento en los ataques de ransomware de día cero, criptojacking, piratería e ingeniería social.
La atención médica también está cambiando.
El impacto de la epidemia del COVID-19 en Europa se ha expandido rápidamente en las últimas semanas, con algunas economías europeas bloqueadas y con una presión creciente sobre la atención sanitaria.
La era de la digitalización está provocando profundas y masivas alteraciones para el sector financiero de las que tampoco escapan las aseguradoras.
Las organizaciones que utilizan más de un proveedor de protección de datos son casi dos veces más vulnerables a un ciberincidente que impida el acceso a sus datos.
El contenido online está creciendo a unos niveles sin precedentes.
El destacado grupo de amenazas persistentes avanzadas, APT, Pawn Storm, ha sido conocido por tener como objetivo a entidades de alto perfil, desde gobiernos hasta medios de comunicación durante años.
El estado de alarma ha implicado un aumento del uso de la red de datos, de nuestra manera de consumir y de nuestras compras a través de internet.
Las medidas emitidas por las autoridades sanitarias con el objetivo de evitar la propagación del virus inciden de forma directa en la actividad empresarial.
74% de los consumidores quiere un hogar conectado que le proteja de los desastres naturales y se adapte a su estilo de vida.
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