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Agentes basados en inteligencia artificial

Agentes basados en inteligencia artificial

Agentes basados en inteligencia artificial: una apuesta importante para el futuro de la colaboración

Por Jamil Valliani, Head of Product AI en Atlassian

 

Cada vez son más las empresas que se dan cuenta del valor de los agentes basados en inteligencia artificial y los aprovechan en sus procesos de trabajo, hasta el punto de que, según un reciente estudio de Capgemini, el 82% de las compañías tiene previsto adoptarlos en los próximos tres años.

Pero, aunque los agentes y otros asistentes de IA semejantes a los chatbots pueden llegar a ser similares, difieren en su forma de trabajar. Los chatbots suelen utilizarse para responder a preguntas generales y proporcionar ayuda rápida, como “llamar a un amigo”. Los agentes de IA, por su parte, son un equipo de especialistas, cada uno con experiencia en un campo concreto. Pueden trabajar de forma autónoma, colaborar entre sí o contribuir a la rápida realización de muchas tareas. Por ejemplo, reducen el tiempo dedicado a redactar informes u organizar listas, lo que permite a los usuarios centrarse en resolver problemas y terminar el trabajo.

Sin embargo, a pesar del creciente interés, las organizaciones siguen sufriendo una falta de conocimientos y práctica a la hora de integrar a los agentes en las tareas cotidianas. Y por eso es importante saber dónde centrar los esfuerzos, así como saber qué evitar, para fomentar su adopción y mejorar la colaboración dentro de la empresa.

La buena idea: diseñar agentes especializados desde el principio

Las decisiones que se tomen hoy a la hora de diseñar agentes de IA repercutirán en la forma de trabajar de los equipos el día de mañana. Es esencial no crear un único agente omnipotente que lo sepa todo y sobre todo, ya que esto puede generalizar demasiado las respuestas y reducir la eficacia. Por el contrario, es preferible desarrollar varios agentes diferentes, cada uno dotado de conocimientos precisos y especializados, como una caja de herramientas con un martillo y un destornillador, o simplemente un equipo formado por especialistas en recursos humanos y contabilidad.

El objetivo aquí es crear agentes especializados para tareas específicas, identificados y alineados con los procesos y lenguajes propios de cada equipo. Por ejemplo, un agente “Comms Crafter” gestiona los contenidos, ya sean blogs o notas de prensa, y respetará automáticamente las directrices específicas de la marca. Un agente “Decision Director”, por su parte, ayuda en la toma de decisiones gracias a su experiencia específica en la toma de decisiones.

La idea equivocada: las prisas

Integrar agentes en los procesos de trabajo no tiene por qué significar modificarlos por completo. Aunque la colaboración con agentes puede ser transformadora, conviene recordar que algunas de las aplicaciones más impactantes suelen ser las más sencillas. Se recomienda empezar por lo básico, como automatizar tareas pequeñas, sencillas y repetitivas. Se trata de un buen compromiso entre valor (ahorro de tiempo para el empleado) y éxito probable (el agente difícilmente puede equivocarse). Por ejemplo, se desarrollará un agente para convertir una simple lista de temas en el orden del día de una reunión: esta tarea es sencilla pero tediosa, de ahí el interés de confiársela a un agente. Si esta prueba es concluyente, basta con pasar a una tarea algo más compleja.

Uno de los casos de uso más extendidos es el de las evaluaciones anuales del rendimiento. Cada empleado orienta a un agente hacia los perfiles de crecimiento deseados, con el fin de alinear mejor sus objetivos y expectativas en términos de desarrollo profesional.

La buena idea: considerar el rol de un agente dentro del equipo

El futuro del trabajo en equipo pasa por la colaboración entre humanos e IA. Por lo tanto, es esencial comprender cómo aprovechar el potencial de los agentes, integrarlos en un equipo y colaborar realmente con ellos. Al integrar un nuevo agente de IA en un equipo, éste puede complementar y apoyar el trabajo colectivo de múltiples maneras: puede ayudar a automatizar y agilizar los flujos de trabajo, responder preguntas, apoyar la investigación o incluso aportar bases de conocimientos personalizadas. También pueden generar, revisar, perfeccionar y comentar el contenido de las comunicaciones, las fichas de producto y la definición de objetivos.

Por último, el agente de IA es un excelente compañero de integración para los nuevos colaboradores, y puede contribuir fácilmente al espíritu del equipo destacando determinadas contribuciones o animando a los compañeros a celebrar sus éxitos mediante notas sugeridas. Lo importante es que, como a cualquier miembro del equipo, al agente de IA se le asigne una función precisa para que todos puedan recurrir a él cuando sea necesario.

La idea equivocada: eliminar el aspecto humano

El elemento humano debe estar siempre en el centro del uso de la inteligencia artificial, incluidos los agentes de IA. Estos agentes pueden sugerir y tomar decisiones, pero deben ser revisadas por un ser humano, que las valide o las rechace. Esta supervisión garantiza que los agentes sean fáciles de usar, de modo que sea tan fácil interactuar con ellos como lo sería con un compañero: se crea una sensación de confianza y transparencia. En definitiva, las personas son las que toman las decisiones.

Del mismo modo, directivos y empleados deben disponer de directrices y procesos claros que respalden el uso responsable de esta tecnología, ya que de lo contrario corren el riesgo de causar daños involuntariamente o permitir que otros lo hagan. Los directivos pueden establecer políticas de uso claras, mientras que los empleados deben recordar que la IA no es perfecta cuando la utilizan.

Por último, los agentes podrán asumir tareas cada vez más complejas, pero nunca sustituirán a la creatividad humana. Al contrario, apoyan a los humanos liberando su tiempo para colaborar con otros, realizar trabajos de mayor valor y demostrar creatividad e innovación, en lugar de centrarse en detalles que consumen mucho tiempo. Y cuanto más se recurra a ellos, más útiles resultarán.

Los agentes de IA representan una gran promesa para las organizaciones, pero su integración con éxito no requiere una transformación masiva. Empezando poco a poco, pensando en su papel dentro del equipo y manteniendo a los humanos en el centro de la toma de decisiones, las empresas pueden implementar estos agentes con eficacia y obtener los máximos beneficios. La colaboración entre humanos e IA dará forma al futuro del trabajo, a la vez que liberará tiempo para tareas más creativas y estratégicas.


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