Por qué la fibra óptica es una opción más sostenible que los cables de cobre
Ocasiones como el Día de la Tierra, que se celebra el próximo 22 de abril, invitan a reflexionar sobre las distintas problemáticas que afectan al medio ambiente como, por ejemplo, el uso abusivo de combustibles fósiles y la importancia de explotar fuentes de energías renovables.
Furukawa Solutions comparte su visión sobre cómo las fibras ópticas aportan soluciones ecológicamente favorables para la red y su propuesta en soluciones respetuosas con el medio ambiente.
La eficiencia energética plantea el desafío de consumir y producir energía de manera inteligente e innovadora con el objetivo de mitigar los efectos del cambio climático. El uso de la fibra óptica es preferible frente a los cables de cobre, ya que estos últimos generan una mayor pérdida de transmisión de datos con mayor consumo de energía, dado el deficiente desempeño que tienen durante la transmisión de los mismos.
Además, estos consumen un total de 3,5 W por cada 100 metros, frente a apenas 1 W que se consume al usar cables de fibra óptica, que conducen haces de luz a distancias de varios kilómetros. Los cables de fibra óptica son inmunes a las interferencias de tipo electromagnética, a diferencia de los cables metálicos, que consumen una gran cantidad de energía y tienen pobre desempeño. Esto último afecta al medioambiente cuando se emplean combustibles de origen fósil para operar los sistemas de enfriamiento que requieren en su montaje y mantenimiento.
Finalmente, una de las mayores ventajas para el medioambiente al usar una solución óptica se debe a la resistencia de sus materiales. Los hilos de vidrio que conforman su interior tienen el espesor de un pelo y, aun así, duran muchos años, mientras que los de cobre sufren oxidación y recalentamiento por los cambios de temperatura que sufre este metal.