Breve historia de la robótica
De los primerísimos robots de los años 50 a las colaboraciones actuales entre el hombre y la máquina: el sector del automóvil es el campo de juego de la robótica, ya que apenas existe un sector tan adaptable como la fabricación automatizada de automóviles. Una pieza fundamental para ello son los robots.
De la ciencia ficción a la realidad
Mucho antes de que esta técnica fuera una realidad, en la literatura ya circulaban a sus anchas las visiones fantásticas de los robots. Sin ir más lejos, el término robot procede originariamente de una obra teatral publicada en 1920 por el autor checo Karel Čapek. Isaac Asimov utilizó el término robótica por primera vez en 1942 en su cuento Círculo vicioso.
Inspirados por el mundo de la ciencia ficción, en 1956 se asociaron los ingenieros estadounidenses Devol y Engelberger. El primero ya había patentado un brazo mecánico dos años antes. Juntos desarrollaron el primer robot del mundo: el Unimate #001. En 1959 se instaló el primer prototipo en General Motors GM. En 1961 ya era parte integrante de la línea de producción. Su tarea era la soldadura de las piezas de fundición de la carrocería.
Un desarrollo acelerado en los años 70
En la década siguiente, los grandes sistemas robotizados cubrían amplias superficies en la industria automovilística, lo que fue posible gracias a la fabricación de robots con mayor movilidad, para que pudieran realizar de forma flexible los trabajos más diversos. Para ello, tuvieron que cubrir dos aspectos: por una parte, opciones constructivas para entregar unos grados de libertad superiores y con la motorización adecuada, por otra parte, el potencial de programación por parte de la tecnología de la información.
En 1973 llegó al mercado el Famulus de la empresa alemana Kuka, el primer robot de seis ejes de accionamiento enteramente electromecánico. Este tipo constructivo es el statu quo hasta el momento actual. El segundo componente revolucionario fue la programación por ordenador. En 1974, la empresa sueca Asea (ahora ABB) desarrolló un brazo robot de cinco ejes programado por primera vez por microcontroladores Intel.
El salto a la actualidad: el sector automovilístico en pleno cambio
Apenas hay sectores tan dinámicos como el del automóvil. Desde hace ya un tiempo, implementan el cambio desde la producción en masa hacia la elaboración de vehículos personalizados. Ante un menor volumen y unas mayores exigencias en cuanto a precisión y eficiencia en la producción, los fabricantes y proveedores de automóviles se enfrentan a grandes retos.
La robótica también pone de su parte. La generación más actualizada de robots surgió en la primera década de este siglo. Los cobots son robots colaborativos. Ya no se encuentran segregados por pantallas protectoras, sino que trabajan directamente con las personas. A diferencia de los robots industriales especializados en una tarea, los cobots son auténticos todoterrenos, ya que actúan más bien como una prolongación y refuerzo de la mano de obra humana. Las ventajas de la producción reforzada por cobots también se extienden al operario: el trabajo es menos monótono y, debido a ello, más seguro y se presta menos al error.
Una visión al futuro inmediato
En el año 2025, los ordenadores y las máquinas inteligentes prestarán el 52 % de las horas de trabajo; los humanos, solo el 48 %. Así lo pronostica el Foro Económico Mundial (WEF/FEM) en un estudio de 2017. Sin embargo, no hay motivos de preocupación: se parte de la idea de que los puestos de trabajo se mantendrán. Pero las ofertas de empleo se centrarán en la inteligencia artificial.
¿De dónde procede este desarrollo? La falta de mano de obra especializada, la automatización y la industria 4.0, así como las elevadas expectativas sobre el producto reclaman la robotización en muchos sectores. Mientras los sistemas robotizados existentes trabajan sobre todo en las grandes empresas industriales, las pequeñas y medianas empresas se convierten cada vez más en el grupo objetivo del robot más flexible.
¿Cuál es la situación actual del mercado?
En una palabra: difícil. Como en casi todos los sectores. Un vistazo al estado de los encargos de los fabricantes de máquinas e instalaciones nos permite ver que las carteras de pedidos están llenas como nunca lo habían estado, pero los fabricantes apenas pueden cumplir con las entregas debido a los problemas en la cadena de suministros y los costes energéticos. Dada la vida media de un robot de un mínimo de 15 años, la compra de un sistema usado es una opción. Sobre todo, para las PYMES con un presupuesto más limitado. Otra ventaja es que se prescinde de los largos periodos de entrega. Los diversos equipos se pueden integrar directamente en la línea de producción. Según decía Charles Darwin: «No es la especie más fuerte la que sobrevive ni la más inteligente sino aquella que reacciona mejor a los cambios».