El Futuro del Futuro en la tecnología
Divulgadores científicos y expertos en tendencias de futuro han debatido en el Ateneo de Madrid acerca de como el ser humano va a vivir en los próximos 20 años una nueva revolución industrial, donde la realidad virtual, la robótica, la inteligencia artificial y la automatización van a generar cambios de mayor importancia para el ser humano, que los que ha vivido en los últimos dos milenios.
Estamos frente a, un proceso siempre traumático en el corto plazo que en el medio y el largo genera mucho empleo y devolviendo la esperanza a pacientes de enfermedades antes incurables. Para el ingeniero y futurólogo José Luis Cordeiro (autor del libro “La muerte de la muerte”), presidente de la Sección Iberoamericana y vicepresidente de la Sección de Pensamiento Marginal del Ateneo de Madrid, y principal organizador del evento, “muchas personas parece que le tienen miedo a la Inteligencia Artificial (IA), yo creo que es al contrario, debemos aumentar nuestra inteligencia, y gracias a la tecnología lo podemos hacer mejor y más rápido, por eso yo no le tengo miedo a la Inteligencia Artificial, pero si le tengo miedo a estupidez humana que provoca daño y sufrimiento”.
La cuarta revolución industrial, combina la tecnología digital de las comunicaciones con software, sensores y nanotecnología. La convergencia de las tecnologías biológicas, físicas y digitales cambiará el mundo tal y como lo conocemos actualmente, “hoy Darwin reconocería que solo aquellos humanos que sepan adaptarse a la cuarta revolución tecnológica, serán los que finalmente sobrevivan, el resto desaparecerán en un futuro no muy lejano”, indicó José Luis Cordeiro.
En el nuevo encuentro de la Sección de Pensamiento Marginal del Ateneo de Madrid, titulada: El Futuro del Futuro, ¿hacia dónde va la humanidad?, se ha abordado este cambio de paradigma donde Silvia Leal, experta Internacional en Tendencias y Tecnología e Ignacio Villoch, Chief Inspiration Officer, Kamiwaza 2020, han debatido acera de uno avances tecnológicos cada vez más innovadores.
Para Silvia Leal “tenemos tanta tendencia a quedarnos con lo negativo, que no miramos la otra cara de la moneda, la que nos va a ayudar a mejorar nuestra calidad de vida. Tenemos suerte de vivir los cambios que la Inteligencia Artificial, la tecnología blockchain, o el metaverso nos van a traer”.
La clave está en actuar y aprender este nuevo lenguaje. “Vivimos un momento de segundas oportunidades, gente sin carrera con trabajos precarios pueden ahora estudiar y conseguir cambiar su vida”. Y por eso, dice que las carreras o estudios que tendrán más salidas, serán las ingenierías o ciencias, pero las humanidades con componente digital, también. “Habrá espacio para todos los que estudien”; las empresas demandan talento y ahora desde cualquier lugar del mundo, por remoto que sea, una persona se puede formar en la mejor universidad del mundo.
Asegura Silvia Leal que en España tenemos mucho que decir, donde la frase -que inventen otros ha pasado al olvido- “las empresas españolas están trabajando en los programas de desarrollo más importantes del mundo, pero no se conoce y eso retrasa el deseo de niños y niñas por investigar e innovar, hay que hacer escuela para seguir siendo protagonistas de la historia”.
Esto no es una época de cambios, sino un cambio de época, en el que las viejas reglas, los viejos mapas parecen no servir para los nuevos tiempos, ha recordado Ignacio Villoch, donde la aceleración exponencial que está ya provocando tecnologías como la robótica, los drones, vehículos autónomos, la energía fotovoltaica, la genómica o la impresión 3D, obedece tanto a la conocida Ley de Moore, como a las plataformas de colaboración recíproca en clave de confianza y “código abierto” sin barreras de tiempo y espacio.
“El futuro no está escrito, no está predestinado, y por tanto no se puede adivinar, lo diseñamos y creamos con nuestras decisiones y acciones. Para entender y prepararse para el futuro que viene es necesario integrar variables de Tecnología exponencial, Economía circular, demografía y sostenibilidad ecológica. Que vivamos en una utopía o en una distopia, dependerá del equilibrio de estas variables”, ha indicado Ignacio Villoch.