La batalla por la privacidad de datos
El IOT está en constante desarrollo, nos encontramos cada vez más en un entorno digitalizado e interconectado. Claramente, cualquier avance tecnológico representa una ganancia, pero debemos ser conscientes de que también supone una pérdida.
Estas no son siempre malas, pero requieren de un tiempo para que la persona se acostumbre a la nueva realidad. En los cambios de la seguridad de los datos encontramos nueva normativa, adaptaciones de la ley, ejecución de la misma y pensar en formas de poder garantizar la seguridad de esta nueva forma de vivir. Todo ello conlleva que en ocasiones haya fallos. Por ejemplo, ahora mismo estamos viendo fallos y el origen es siempre el mismo, una mala adaptación a la realidad actual.
Depende de cómo se configuren los diferentes dispositivos y quién lo esté usando, los ataques van a ser mayores. Además, esto depende también del nivel de conocimiento de cada usuario, el riesgo que se está percibiendo o crea que es capaz de sufrir. En función de esto, el usuario podrá configurar con mayor o menor nivel de cuidado los dispositivos. Los teléfonos móviles y smartphones están muy expuestos, mayoritariamente son usuarios no corporativos y no son conscientes de lo que tienen entre las manos, aunque los corporativos tampoco destacan por serlo. Cabe destacar que los dispositivos IOT que se manejan desde apps móviles o tabletas tienen el mismo problema a nivel de seguridad.
Desde hace más de una década nos encontramos en una guerra de datos, pero se trata de una guerra fría. Existen publicaciones de hace 10 años que apuntan la ciberguerra. La mayoría no es consciente de que estamos ante un nuevo campo de batalla, los que más pierden son los menos conscientes de que deben protegerse. No sabemos el valor que tienen nuestras informaciones para un tercero, así que hay que tomar conciencia de lo que nos estamos jugando. Esto se trata de seguridad personal, corporativa, de gobierno y de país. Estamos frente a una cascada o una pirámide, todo va en cadena. Si un usuario personal de una entidad relevante para el país va con cuidado en su trabajo pero no lo hace en su casa o en su centro de ocio, no vale de nada, la información no estará aislada.
La ingeniería social cyber será cada vez más importante, el tiempo lo dirá.
Selva Orejón, profesora de EAE Business School