Prehistoria del streaming
Del tocadiscos al streaming de música, pasando por el MP3.
En cuanto los pegadizos ritmos del rock and roll empezaron a retumbar sobre el suelo, ¡no hubo nada que los detuviera! Estrellas como Elvis Presley, Chuck Berry y Bill Haley realmente sabían cómo hacer que la audiencia moviera su cuerpo en los años 50 y 60, y fueron pioneros en muchos de los géneros musicales actuales.
Pero no es solo la música la que sigue evolucionando, ya que la forma en que la consumimos también está en un estado de cambio constante. La tendencia predominante actualmente es el streaming de música con la red Wi-Fi de tu hogar.
Disfrutar de la música se ha convertido en una experiencia digital
El rock and roll fue disfrutado en los tocadiscos hasta bien entrados los años 70. Luego, en los 80, las cintas de casete comenzaron a tomar por asalto nuestros salones, seguidas más tarde por el disco compacto (CD). Desde los años 80 en adelante, dispositivos de reproducción específicos como el Walkman hicieron posible escuchar música incluso estando fuera de casa: al ir en bicicleta, al hacer footing o al viajar en autobús o tren. A mediados de los 90 apareció un nuevo formato digital para el consumo de música que revolucionó la forma en que todo el mundo la escuchaba: el formato MP3.
Los orígenes del MP3
En 1993, el Moving Picture Experts Group (MPEG), con los investigadores, ingenieros y científicos alemanes de la Sociedad Fraunhofer al frente de la iniciativa, marcó el comienzo de la era moderna de la música. La idea era sencilla: para hacer que la música digital fuera más accesible, los archivos de audio tenían que comprimirse de tal manera que usaran menos datos, sin apenas pérdida audible de calidad. Así nació el estándar ISO/IEC 11172-3, el origen de lo que acabó conociéndose como MP3 (MPEG Audio Layer III). Su premisa: el oído humano no procesa toda la información y hay ciertos rangos de frecuencia que no percibe en absoluto, lo cual fue aprovechado por métodos de compresión como MPEG. Los archivos de audio se procesan de tal manera que falta información acústica, pero el oído humano prácticamente no puede notar la diferencia. Este nuevo estándar allanó el camino para la música descargable. Sin embargo, hubo un largo período de tiempo en el que los ordenadores eran la única opción para reproducir esta música. Con la llegada de los primeros reproductores MP3 portátiles a finales de los 90, la difusión del formato MP3 se aceleró.
La era del streaming
Algunos años más tarde, los dispositivos utilizados únicamente para reproducir música volvieron a desaparecer. Los smartphones han asumido el papel que alguna vez cumplieron los reproductores de MP3, y ha comenzado la era del streaming de música. Actualmente, la mayoría de la gente escucha la mayor parte de su música utilizando servicios de streaming como Spotify, ya sea con una cuenta gratuita financiada por la publicidad o mediante una suscripción de pago. Los proveedores ofrecen una amplia gama de servicios: algunos recortan sus archivos para garantizar velocidades de datos bajas, mientras que otros se especializan en métodos de codificación de alta resolución y sin pérdidas. E incluso si el formato MP3 en sí ha tenido una sucesión técnica natural y ya apenas se usa activamente en estos servicios, lo cierto es que sentó las bases y logró el objetivo de hacer que la música digital sea más accesible.
Comodidades de última generación
Las ventajas y la conveniencia del streaming online se han convertido ya en una parte esencial de la vida cotidiana. Ahora tenemos literalmente bibliotecas musicales completas al alcance de un clic en lugar de discos, casetes o CD individuales que deben intercambiarse manualmente. También es increíblemente fácil compartir recomendaciones musicales o listas de reproducción completas con otras personas a través de Internet. Ni siquiera los creadores del MP3 podrían haber imaginado cómo su desarrollo acabaría moldeando y cambiando la forma en que escuchamos música, incluso si tenemos en cuenta que los usuarios de los servicios de streaming actuales están menos preocupados por el espacio disponible en el disco duro y más preocupados por el volumen de datos y la calidad de la conexión.
Streaming de música perfecto con un Wi-Fi perfecto
Una conexión en línea estable es indispensable para disfrutar de la música en la actualidad. Esto implica tener una cobertura Wi-Fi perfecta en tu propia casa.
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