Del VCR al streaming
El Día del VCR, 7 de junio, es uno de los días conmemorativos más extraños y fascinantes del año. Básicamente, nos recuerda una tecnología con la que muchos de nosotros estamos muy familiarizados, mientras que otros nunca la han visto en acción.
Érase una vez: VHS
Hoy en día, las noches de películas suelen implicar navegar a través del catálogo de los principales servicios de streaming. Sin embargo, hace no mucho este escenario sonaba como un futuro lejano, y en lugar de ello la gente iba a los videoclubs locales para explorar las opciones que tenían. Rastreaban una película que llevar a casa, “alimentaban” sus VCR y esperaban que el dispositivo no se comiera la cinta como cena. Molestos cables enredados, un constante deterioro de la calidad de imagen y la necesidad de rebobinar la cinta al final de todo: en retrospectiva, la tecnología VHS parece casi arcaica. En aquel entonces, sin embargo, ayudó a convertir el salón en un lugar más cómodo y permitió grabar series de televisión, así como alquilar los últimos éxitos en taquilla.
Por lo tanto, no es de extrañar que la tecnología VHS, desde su lanzamiento en el mercado en los años 60, haya conquistado el sector del entretenimiento doméstico de todo el mundo. Pero antes de su conquista, los distintos tipos de VCR tuvieron que competir entre ellos para coronar al formato de casete predilecto. La tecnología VHS (Video Home System), desarrollada por JVC, se enfrentó a la fuerte competencia de Betamax de Sony, que proporcionaba una mejor calidad de imagen, entre otras características. Una de las razones por las que Betamax tuvo dificultades para ganar terreno entre el público general fue porque Sony, como licenciataria, cobraba tarifas por la producción de dispositivos de grabación y reproducción compatibles.
Al final, el VHS fue la tecnología más popular en los hogares. Por esta misma razón, los estudios de cine y los videoclubs adaptaron sus productos para favorecer más la tecnología VHS, lo cual contribuyó a que el estándar VHS lograra un éxito revolucionario en el mercado de masas. Hasta el día de hoy, ese período de tiempo en que los sistemas de casetes de vídeo compitieron por posicionarse en el mercado se conoce como la primera gran “guerra de formatos”.
El fin de la producción, y el entretenimiento en disco
La era del VCR terminó a principios de la década de los 2000, cuando el reproductor de DVD se convirtió en su sucesor. Las últimas cintas de VHS se produjeron en 2002, mientras que los propios dispositivos VCR aguantaron bastante más tiempo, ya que todavía había consumidores que querían reproducir sus cintas VHS existentes. No fue hasta 2016 cuando Funai Electric, un fabricante japonés de electrónica, produjo el último VCR del mundo. La empresa justificó esta edición señalando que la adquisición de componentes simplemente se había vuelto demasiado costosa y complicada, especialmente ante la disminución de la demanda.
Llegados a este punto, incluso los DVD habían sido superados como el formato de preferencia, y el Blu-ray es ahora el dispositivo óptico de almacenamiento de datos de preferencia para el cine en casa. Pero primero tuvo que ganar otra “guerra de formatos” contra el HD DVD. Los estándares actuales del Blu-ray permiten una resolución Ultra-HD, y tiene la posibilidad de permanecer en el mercado durante cierto tiempo. No obstante, esto plantea una pregunta legítima: ¿durante cuánto tiempo seguirá habiendo demanda para los medios de almacenamiento físicos?
El futuro del streaming
Los servicios de streaming como Netflix y Amazon Prime Video son cada vez más populares. Según la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España 2018-2019, un 52,2% de españoles disponían de suscripciones a plataformas digitales en el hogar. En otras palabras: durante el cuarto trimestre de 2019, se consumieron casi mil millones de horas de entretenimiento online sólo en España. El número de usuarios no deja de aumentar, y Netflix ha conseguido más de 200 millones de suscriptores de pago. Su competidor Disney Plus es relativamente nuevo en el mercado, pero ya tiene más de 94 millones de suscriptores.
Cada vez son más las películas y series que se producen exclusivamente para los servicios de streaming. La cantidad de contenido es inmensa, y se puede acceder a los servicios desde prácticamente cualquier dispositivo. La era de los dispositivos especiales de reproducción está llegando a su fin.
Una red potente para un entretenimiento de calidad
Sin embargo, la revolución técnica del cine en casa presenta nuevos desafíos, principalmente con respecto a la red doméstica. Para garantizar que las noches de películas sean realmente divertidas, la conexión online debe funcionar perfectamente y proporcionar la velocidad de transmisión necesaria. Esto es especialmente importante en hogares donde se reproduzca en streaming desde más de un dispositivo a la vez: puede que los padres vean un documental sobre naturaleza en el salón, mientras en otras habitaciones se esté disfrutando de series de éxito, transmisiones deportivas o videojuegos. En estos casos, es fácil que una red doméstica alcance su límite, especialmente cuando se intenta suministrar Wi-Fi a toda la casa desde un solo router.
El problema: techos, paredes, muebles y el creciente número de dispositivos conectados que ralentizan la red Wi-Fi. Ya sólo por razones estructurales, colocar cables de red no suele ser una solución alternativa viable. Afortunadamente, es posible instalar redes domésticas de alto rendimiento de manera que sean casi invisibles, por ejemplo con las soluciones de devolo. Esta empresa alemana le saca la tarjeta roja a las redes WiFi débiles y, desde 2002, ha asumido la tarea de mejorar las redes domésticas de una manera sencilla, rápida y segura.
Esto es posible gracias a los pequeños adaptadores Powerline, que transforman cualquier toma de corriente en un punto de acceso a Internet de alta velocidad, dando a elegir entre Internet por cable o Wi-Fi Mesh. La ventaja de este enfoque modular es que los adaptadores utilizan la red eléctrica para llevar la señal de Internet directamente donde es necesaria, lo cual les convierte en compañeros ideales para el cine en casa de última generación. Porque, igual que las palomitas, una red de Internet potente es el complemento perfecto para una noche de películas.