La batería como elemento esencial del SAI, ¿cómo asegurar su mantenimiento?
El SAI nace como un elemento de protección, sin embargo, con el tiempo ha evolucionado para ofrecer un valor cada vez mayor a las empresas en lo referente a su gestión de energía.
Hoy por hoy el SAI es un elemento imprescindible a la hora de asegurar la calidad de la energía y la constancia del suministro eléctrico en cualquier negocio a través de la monitorización exhaustiva y la corrección inmediata ante cualquier problema.
Sin embargo, en ocasiones se olvida que cuidar de un SAI significa en último término velar por uno de los elementos que le permite funcionar: su batería. Se trata de una parte muy vulnerable en un SAI, de hecho, los fallos de batería pasan por pérdidas de carga, incendios, daños materiales y lesiones personales, entre otros posibles daños colaterales.
Entender la batería del SAI
En este sentido, Eaton, líder en gestión de energía, recuerda que entender la batería, como un elemento primordial de un SAI puede contribuir a ampliar su vida, evitar costosos tiempos de inactividad, ahorrar tiempo y dinero y en último término, aumentar los estándares de seguridad. Cabe recalcar que la vida de las baterías es limitada. En concreto, la vida estándar de las baterías VRLA (Baterías de plomo herméticas que no necesitan mantenimiento) es de tres a cinco años; la de litio-ion es de 10 años, y la de las baterías de celdas húmedas alcanza los 20 años.
Así, ¿cómo favorecer el mejor funcionamiento de la batería de un SAI? La respuesta pasa por enfocarse en el entendimiento y cuidado de los cuatro elementos que afectan directamente a su vida útil, y cuyo estado puede ampliarla o reducirla significativamente.
• Ubicación. Las condiciones ambientales del lugar en el que se sitúa el SAI determinan su funcionamiento, así como su vida útil y la de sus baterías. La temperatura, alrededor 25°C (77°F), y la humedad deben ser las adecuadas.
• Química. Las baterías de los SAIs son dispositivos electroquímicos cuya capacidad de almacenar y entregar energía disminuye lentamente con el tiempo. Incluso siguiendo todas las directrices para el almacenamiento, el uso y el mantenimiento adecuados, las baterías requieren ser reemplazadas después de un cierto período de tiempo y agotada su capacidad de funcionamiento.
• Ciclos de descarga. Durante un corte de energía, un SAI funciona con la batería. Una vez que se restaura la energía eléctrica o se completa un cambio a la energía de un grupo electrógeno, la batería se recarga para su uso futuro. Esto es lo que se conoce como ciclo de descarga. Cada descarga y recarga posterior reduce la capacidad relativa de la batería en un pequeño porcentaje.
• Mantenimiento. Este aspecto es crítico para asegurar la fiabilidad del SAI. El mantenimiento preventivo periódico permite alargar la vida de la batería eliminando corrosión e identificando baterías en mal estado antes de que puedan afectar al resto de la cadena. Además, con una conservación adecuada, se puede estimar con precisión el final de la vida útil de la batería y se pueden programar los reemplazos sin necesidad de parar la producción o perder autonomía.
En este sentido, Jordi Cuesta, IT Channel Sales Manager en Eaton, ha comentado: “La batería es uno de los elementos principales del SAI pero también el más vulnerable. Entender la batería del SAI, y ser consciente de los principales elementos que afectan a su vida útil, es clave para una correcta gestión que permita alargar la vida de las mismas, y por ende contar con unos SAIs preparados para hacer frente a cualquier potencial amenaza”.