Los 4 retos del blockchain para garantizar su futuro
El Blockchain o cadena de bloques se ha convertido en una de las tendencias tecnológicas del año y sin duda será protagonista también en 2019. Y todo, gracias a que es una de las tecnologías más seguras y resistentes a ciberataques desarrolladas hasta ahora, que permite dotar de transparencia a cualquier proceso y sector.
Nacida como tecnología auxiliar para Bitcoin que facilitaba el registro seguro de transacciones, la cadena de bloques genera un archivo de información que no se puede modificar por la naturaleza del propio sistema. El hecho de ser inalterable ha hecho que su uso principal esté relacionado con el sector financiero, ya que aporta seguridad y transparencia en los datos y transacciones que se realizan. La evolución de esta tecnología en los últimos años y su aplicación a otros sectores ha permitido su uso como un registro seguro de información para diversos casos como el registro notarial para hipotecas, propiedad intelectual, secretos empresariales protegidos, entre muchos otros.
No obstante, hay que concebir el blockchain como una tecnología en desarrollo, y por ello los expertos señalan la necesidad de abordar algunos retos ahora, para garantizar su viabilidad futura. Óscar Delgado, director académico de IMMUNE Coding Institute, habla de los 4 grandes retos que el blockchain debe afrontar en el ámbito financiero, aunque, como hemos mencionado antes, son extrapolables a cualquier ámbito y sector.
1. Escalabilidad del sistema de cadena de bloques
Actualmente, la tecnología blockchain solo permite registrar entre 7 y 8 transacciones por segundo, una cifra muy pequeña frente a las 56.000 transacciones por segundo que procesa VISA. Esto la convierte en una tecnología lenta y costosa como sostiene Óscar Delgado. “La cadena de bloques es segura y aporta transparencia a cualquier transacción financiera. Sin embargo, la capacidad actual del sistema es muy bajo, por lo que hay que afrontar el reto de aumentar esta capacidad si queremos que sea una tecnología de futuro” comenta Delgado.
Un reto que los expertos en blockchain ya están tratando de solucionar por diversas vías que llegarán al mercado en un corto-medio plazo. Entre ellas, Oscar Delgado se decanta por los “canales de estado” como la más viable. “Esta solución, aplicable sobre todo a los micropagos realizados a través de tecnologías IoT, excluye de la cadena de bloques el diálogo entre máquinas previa a la propia transacción que es la que ralentiza el registro, y sólo refleja el momento del pago, que es lo que realmente importa de toda la operación”, explica Delgado. Esto es aplicable, por ejemplo, a la industria de coches eléctricos y cargadores que actualmente vemos en las ciudades. En este sistema, al cargar el coche en una estación de recarga pública, se puede conseguir el pago automático desde el coche a la estación de recarga, con la menor interacción del usuario, de una forma rápida y segura en la que se registra el pago realizado por el coche del usuario a la estación de recarga por el servicio realizado. Un registro que es inalterable gracias a la tecnología de cadena de bloques.
La aplicación de los “canales de estado” convierte el Blockchain en una tecnología más barata y más rápida, y elimina el problema de escalabilidad al permitir el registro de más operaciones por segundo ya que sólo graba en el registro la información esencial de cada transacción. “El inconveniente - continúa Delgado - es que hay que desarrollar un protocolo para cada aplicación actual y futura que podamos imaginar y crear”, lo que hace que su puesta en marcha se dilate en el tiempo.
2. Coste energético de mantenimiento de la red
Para mantener en funcionamiento la red de Bitcoin hacen falta ordenadores (mineros de Bitcoin) en encendidos constantemente, que realizan un alto consumo energético. La suma del consumo de todos estos ‘mineros’ es lo que llamamos coste energético del mantenimiento de red.
No obstante, el reto del coste energético no está vinculado exclusivamente a Bitcoin y el sistema financiero tradicional jamás se ha planteado este reto, pese a que su coste energético probablemente sea mucho mayor. “Si sumamos el consumo energético que realizan los ordenadores de todos los bancos del mundo, los cajeros automáticos, los sistemas informáticos de las bolsas… que también está funcionando continuamente, probablemente nos encontremos con un consumo energético muy por encima del necesario para mantener la red de Bitcoin. Sin embargo, este consumo nunca se ha cuantificado, simplemente damos por hecho que, si vamos a sacar dinero al cajero, podremos hacerlo, y que si queremos hacer una compra con nuestra tarjeta, podremos hacerla. La red de Bitcoin está dispuesta a garantizar su rentabilidad en todos los ámbitos, y esto también incluye el ambiental”.
La solución a este reto social que plantea la Cadena de Bloques según el director académico de IMMUNE Coding Institute, pasa por el uso de energías renovables vinculadas a los equipos tecnológicos: “El coste energético de mantener un sistema financiero es el que es, y los ciudadanos deben estar dispuestos a pagarlo. Si bien, esto no elimina la necesidad de mejorar la eficiencia energética y el uso de energías alternativas para reducir el impacto económico social y medioambiental que conlleva”.
3. Bugs de Software
La complejidad de programación de blockchain hace que se puedan producir errores en el código que pongan en riesgo la integridad del sistema. Al ser un sistema crítico, aplicado al sistema financiero y que mueve miles de millones de dólares, cualquier fallo en su código será también crítico. La solución a este reto es compleja. Según Oscar Delgado, sería “recomendable que el código fuente de Bitcoin pasara una auditoría independiente”.
Además, en este caso se da también la paradoja del “Ataque del 51%” por la propia naturaleza de la red de cadenas de bloques. Para entender esta paradoja hay que explicar primero que todas las cadenas de bloques son un sistema democrático, basadas en un sistema de votación, en el que todas las transacciones son validadas por votación. En estas votaciones, el 51% es mayoría.
La idiosincrasia del propio sistema hace que sea difícil conseguir este 51% en las redes públicas, donde los integrantes no se conocen, la confianza es menor entre usuarios y no tienen intereses comunes. Este mismo principio es el que hace que las redes privadas, donde los usuarios están identificados y pueden tener intereses comunes, sean más vulnerables a esta paradoja. Es un problema que afecta también a las criptomonedas más pequeñas, donde los usuarios son menos y tienen una mayor capacidad de acumulación de votos. Por ello, esta paradoja también se asocia a un problema de escala, cuanto mayor es la red, más protegida estará frente a estos ataques.
Oscar Delgado apunta que en este caso “lo ideal sería utilizar redes de cadenas de bloques públicas para temas privados” evitando así caer en los problemas generados dentro del sistema financiero tradicional, donde el interés de unos pocos puede condicionar la realidad social.
4. Uso indebido de blockchain: desarrollo de ransomware
Este reto está relacionado con la necesidad de concienciación del sector IT sobre el uso fraudulento de la tecnología de cadena de bloques. Según Delgado “estamos acostumbrados a hablar de blockchain como una tecnología segura y siempre en términos positivos. Sin embargo, no debemos olvidar que como toda tecnología es una herramienta al servicio de quien la utiliza, y puede haber quien la utilice de forma indebida”. Por ello, el reto que plantea Delgado es fomentar el debate entre los expertos en blockchain sobre los malos usos que se pueden hacer de esta tecnología, como posibles desarrollos de ransomware basados en blockchain, para poder estar prevenidos ante ataques futuros. “La propia naturaleza de esta tecnología hace que su mal uso sea más virulento que cualquier otro y esto, ligado a su uso en sistemas críticos como el financiero, hace más necesario aún que los programadores y expertos en IT hablemos de ello para poner en común nuestro conocimiento y frenar los malos usos que puedan aparecer”, continúa.