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Por qué invertir en energías renovables en lugar de bitcoins

Por qué invertir en energías renovables en lugar de bitcoins

Desde que en 2009 se lanzara la primera criptomoneda, el bitcoin, el número de divisas digitales se ha multiplicado, dando paso a una montaña rusa de subidas y bajadas de cotización.

Sólo el bitcoin ascendió de noviembre a diciembre hasta los 20.000 dólares desde los 6.000, entorno al que volvió en sus mínimos del 6 de febrero, para situarse de nuevo en los últimos días por encima de los 10.000 dólares. Según un análisis de la compañía alemana Kaiserwetter, líder en gestión de activos que integra lo técnico y lo financiero en las energías renovables mediante el uso de la tecnología digital más avanzada y el Internet de las Cosas, las energías renovables se presentan como una inversión con mayor futuro en el medio plazo que las divisas digitales.

Las divisas digitales ya enfrentan una fuerte reacción por parte de la regulación de los gobiernos debido a que no son dinero patrocinado por ellos; no poseen un valor intrínseco como el oro (los algoritmos pueden ser cambiados, la geología no) y, también, por su impacto ambiental. Posiblemente por ello, grandes inversores que incluye a Warren Buffet, han recomendado alejarse esta inversión: “Puedo decir casi con total certeza que tendrán un mal final”, pronunciándose al mismo tiempo por favorecer las energías renovables. Buffet anunció en la última junta anual de Berkshire Hathaway que “si alguien entrase por la puerta con un proyecto solar de mil o tres mil millones de dólares”, estaba listo para invertir en él. Buffet se halla inmerso en la inversión en el mayor proyecto solar del mundo, Antelope Valley Solar Project, con una potencia de 579 MW.

El presidente del gigante financiero suizo UBS, Axel Webber, también alertó de que las criptomonedas ‘no serían una inversión que recomendase’. UBS es una de las empresas que han apostado por las inversiones sostenibles, como miembro inversor del CDP (Carbon Disclosure Project). Además es una de las 125 grandes empresas globales que componen la iniciativa RE100, que se comprometen a que su consumo eléctrico sea 100% renovable en 2025, como Apple, Starbucks, Netsle, Goldman Sach, General Motors, o Google.

Otros magantes que apuestan por las renovables son Bill Gates, Jack Ma o Mark Zuckerberg, que lanzaron Breakthrough Energy Ventures, un fondo de 1.000 millones de dólares para energías limpias. Jack Ma, fundador de Alibaba, es una de las voces que se ha pronunciado contra las inversiones en bitcoin con un escueto ‘No es para mí’. Incluso Zuckerberg o Gates, en un principio más proclives a las criptomonedas, parecen estar replanteándose su postura. Facebook prohibió en enero los anuncios de criptomonedas argumentando que están relacionadas con “prácticas engañosas o promociones fraudulentas” y Microsoft ha eliminado la posibilidad de pagar con bitcoins en los últimos meses.

Según el análisis de Kaiserwetter, la primera razón para invertir en energías renovables es el prometedor futuro que les aguarda: debido a sus costos decrecientes, la demanda creciente por energía ‘limpia’ (coches eléctricos), la mejora en los sistemas de integración a la red y optimistas predicciones sobre almacenamiento (baterías) de electricidad. Además está incluida en las agendas de todos los gobiernos.

Otra razón más potente son las nuevas oportunidades que se abren en gestión de activos de energía. Técnicas de analítica de datos avanzadas empleadas por gigantes como Google, Facebook, Amazon o el Smart Data como servicio (DAAS o DATA AS A SERVICE), que lideran el dúo alemán SAP y Kaiserwetter, permiten maximizar la producción de plantas hidroeléctricas, eólicas o solares con operaciones más eficientes y baratas. Es el llamado efecto “Smart Big Data Analytics”, que conlleva un auge de servicios Cloud Computing (que baja el costo de almacenar y analizar flujos gigantescos de datos); avances en Inteligencia Artificial y en los sensores de recolección de datos.

La situación no podría ser más opuesta para criptomonedas y energías renovables. Las primeras se enfrentan a bloqueos de grandes empresas y bancos como Lloyds, que ha prohibido la compra de divisas digitales con sus tarjetas, uniéndose a JP Morgan o Citi. Las renovables, en cambio, no pueden gozar de mejor salud tras el Acuerdo de París y la Cumbre del Clima de Marrakesh, que comprometieron a países e inversores a sumar a los casi 300 mil millones de dólares ya gastados anualmente en el sector, otros 100 mil millones al año hasta 2025, cifra que además debe aumentar tras dicha fecha.

China ha apostado claramente por las renovables, siendo el primer inversor mundial e implementando desde 2017 un plan destinado a gastar 2,5 billones de yuanes (361 mil millones de dólares) hasta 2020 en renovables y descarbonizar el país. En cambio, se ha convertido en uno de los primeros países en legislar contra las criptomonedas, los intercambios de divisas digitales y el minado de bitcoins. Recientemente, también el Bundesbank el que ha planteado que el G20 regule las criptomonedas.

A este respecto, el consumo energético de criptomonedas como Bitcoin presenta un verdadero problema mediambiental. Su red de ‘minería’ consume tanta energía al día en procesamiento informático como algunos países. Según Digieconomist, su pico ha sido de 36 teravatios/hora, suficiente energía para satisfacer a 3,3 millones de hogares y situar al bitcoin en el puesto 59 de consumo energético por estados si fuese un país; por encima de Colombia, Bulgaria e Israel.

Sólo en Estados Unidos, las inversiones sostenibles ya acaparan el 22% de las inversiones en activos; o sea, uno de cada cinco dólares. Nuestros datos y proyecciones apuntan a que los inversores de todo el mundo están apostando por inversiones seguras y rentables como las energías renovables. Herramientas digitales como ARISTOTELES, que cuentan con SAP como socio tecnológico global”, señala Hanno Schoklitsch, CEO y fundador de Kaiserwetter, “harán de ellas una opción mejor y mas segura”.


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