Contra las contraseñas
No es que yo tenga cuentas de Internet por doquier, pero entre correos electrónicos personales y de diferentes trabajos, foros de discusión, streaming de música, almacén de fotos o alguna plataforma de compra on-line, las contraseñas acaban siendo unas cuantas a lo largo del tiempo, más aún si añadimos la conveniencia de cambiarlas alguna vez. Vamos, que al final es un galimatías de nombres, números y letras. Y no, yo no soy de los que se quedan tranquilos con lo del “1,2,3,4,5...”. Al revés, más bien me complico en exceso... os cuento...