Irreal protección del teletrabajo
Se suman los artículos y estudios que vienen a desmitificar (relativamente, porque en general no es ni mucho menos negativo) un teletrabajo que ha sido elevado a los altares durante el confinamiento. Una cosa es que haya servido para seguir adelante, y otra que se considere la panacea. Adoptarlo pero con precaución, esa que no viene asegurada persé.
El teletrabajo crea una falsa sensación de seguridad que compromete la protección de las empresas
Unisys ha hecho pública la edición de 2020 de su Índice de Seguridad, un barómetro que mide desde hace 14 años la percepción de seguridad nacional, financiera, personal y online de los ciudadanos de todo el planeta. En esta edición, que se realizó entre el 16 de marzo y el 5 de abril de 2020, en pleno confinamiento debido a la pandemia producida por el COVID-19 a más de 15.000 adultos de todo el mundo, resalta una caída sin precedentes en la percepción del riesgo asociado al teletrabajo: sólo un 41% de los usuarios encuestados mostró preocupación por el riesgo de robo de información mientras teletrabaja, la cifra más baja de la historia del Índice; y sólo un 45% mostró cierta inquietud sobre los riesgos de ser estafados durante la crisis sanitaria. La preocupación general sobre la seguridad en Internet cayó 8 puntos hasta convertirse en el área de menor preocupación en el estudio.
Esta aparente despreocupación entre los profesionales que han teletrabajado durante la pandemia contrasta con los anuncios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por Interpol, que han advertido de un importante incremento en los riesgos cibernéticos durante la pandemia. Solamente en mayo hubo más de 192.000 ciberataques a la semana relacionados con el coronavirus, un 30% más que en el mes de abril. Además, en el mes de abril, Google informó de más de 18 millones diarios de correos electrónicos en su servicio Gmail en los que se compartían estafas relacionadas con el COVID-19 y más de 240 millones de emails diarios con mensajes de spam relacionados con el COVID-19. En el caso concreto de España, hasta un 34% de profesionales han tenido que trabajar desde casa durante el confinamiento, según datos del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas a partir de información del INE.
“El descenso en la percepción del riesgo que supone el teletrabajo es un reflejo de la distracción en la toma de medidas de seguridad o de una falsa percepción de seguridad de los trabajadores porque precisamente el uso masivo de este tipo de tecnologías –que no siempre va acompañada por las necesarias medidas de protección- ha abierto la puerta de grandes organizaciones a los ciberdelincuentes”, alerta Rodrigo Chávez-Rivas, director de seguridad en Unisys España. “Debido a la pandemia causada por el COVID-19, miles de profesionales están trabajando desde casa sin equipos suficientemente protegidos, navegando en una situación de caos debido a la situación inesperada que hemos vivido, sin unas prácticas claras ni probadas y sin la preparación suficiente como para responder ante una vulnerabilidad de forma correcta”.
Las cifras del estudio: de la felicidad de Holanda a la preocupación máxima de Filipinas
En cifras globales, el Índice se mantiene en 175 sobre 300 –como el año pasado- pero en esta edición se ha observado un crecimiento significativo en las preocupaciones por la seguridad nacional (de 167 a 172) y por la seguridad personal (de 176 a 181), frente a caídas importantes en la percepción del riesgo financiero (de 180 a 176) y del relacionado con Internet (de 179 a 171). La preocupación por la seguridad personal se encuentra en el punto más alto desde hace 14 años. Destaca por ello que hasta el 61% de los consumidores están dispuestos a compartir su localización si eso ayuda a la policía a encontrarles en caso de emergencia.
El Índice también muestra que los ciudadanos están más preocupados por la salud física de sus familias que por la estabilidad económica de su país, por las infraestructuras sanitarias del país e incluso que por su propia salud física (56%).
Por regiones del mundo, las inquietudes en los mercados desarrollados* van reduciéndose, mientras que los ciudadanos de los países en desarrollo siguen estando más preocupados. En este sentido, resalta Australia como excepción (con un crecimiento en los niveles de percepción de los riesgos desde 155 a 157). El país con los ciudadanos más preocupados es Filipinas (con un índice de preocupación de 238 sobre 300), mientras que el más indiferente es Holanda (con un índice de preocupación de 100 sobre 300).