El desafío de los chips de los vehículos
“Este año se van a dejar de fabricar 10 millones de coches en el mundo por la falta de semiconductores”, afirmó Ezequiel Navarro, CEO de Premo Group y socio de Atlas Tecnológico, en la inauguración de los encuentros La Hora Premium.
Con más de 130 patentes internacionales, el Grupo Premo, se dedica a la fabricación de componentes eléctricos pasivos de aplicación y suministra a los grandes fabricantes de automoción. Para Navarro el problema no es solo de fabricación sino también de escasez de las materias primas necesarias y de reducido número de proveedores de tecnologías de fabricación y encapsulado.
Según el CEO de Premo, “en lugar de aplazar la demanda”, el sector del automóvil compró un 16% menos de semiconductores el año pasado. Las plantas que los producen dejaron de fabricar, pero aparecieron demandas que no estaban previstas: conectividad, PCs, electrónica de consumo… y cuando se recupera la producción del automóvil, “no había capacidad suficiente”.
Para Navarro, la microelectrónica es el petróleo de la economía digital, “el desafío es aumentar su capacidad y reducir su consumo, lo que obliga a hacer chips de muy alta densidad de integración, por debajo de los 10 nm, como los chips de 5G, para que sean universales y baratos”.
En este contexto el CEO de Premo destacó el lanzamiento del segundo IPCEI (Important Projects of Common European Interest), al que se han sumado 17 países, entre ellos España. “La estrategia del comisario Thierry Breton -señaló- es apoyarse en una visión europea de tecnología y ciencia e impulsar el desarrollo y la capacidad de diseño”.
Navarro anunció que en España se ha creado un grupo de profesionales e instituciones para extender el concepto de Risc-V y hacer el Linux de la microelectrónica, “que no tengas que hacer el chip entero, sino que puedas usar piezas o arquitecturas de otros, a los que puedas añadir aquellas cosas que necesites, abaratando el coste total”.
En este marco, la participación de España en un IPCEI de microelectrónica es clave y tiene como eje el Instituto de innovación Ricardo Valle, que se está montando desde Málaga con el impulso de la patronal TIC Ametic y de Málaga Tech Park. Incluye cinco áreas: redes 5G y 5G+, vehículo autónomo y conectado, inteligencia artificial, ciberseguridad y semiconductores y microelectrónica. El objetivo es poner en marcha de una planta prototipo de packaging y otra para hacer series y preseries, para producir “hardware abierto”, con una tecnología más sencilla, de 300 nm hacia abajo, para fabricar lo que más necesitan las empresas.
Corto, medio y largo plazo
A corto plazo, apuntó Ezequiel Navarro, “una opción es mirar semiconductores y chips compatibles hacia arriba, con más capacidad de memoria, que puedan ser compartibles, con puertos de entrada y salida, convertidores analógicos y digitales, con funcionalidades adicionales que ahora no necesitamos. A veces se ejerce mucha presión sobre un chip que está muy solicitado y, sin embargo, otro que en condiciones normales es mucho más caro y aporta más valor, tiene menos demanda y es más barato”. Su otra recomendación es “ser flexible en el packaging, hay encapsulados compartibles”.
“La industria empieza a pedirnos diseños compatibles para varios chips. Pasaremos a un diseño lo más abierto posible y más Risc-V. Y a partir de finales de 2023 tendremos una capacidad muy importante de fabricación de chips”, indica el CEO de Premo.
Entre lo que queda de 2021 y 2022 se van a abrir 29 fábricas con una capacidad de producción enorme. Además, hay siete u ocho proyectos más de fábricas e Intel quiere hacer 10 fábricas pequeñas en Europa. “A partir de la segunda mitad del año que viene -señala Navarro- habrá mucho suministro de chips, lo cual pondrá presión a la baja sobre los precios”.
Finalmente, el CEO de Permo dijo que igual que existe el Risc-V para hacer hardware abierto, existe el ROS y la robótica abierta y colaborativa. “Hay ya robots de muy bajo coste, de 6.000-7.000 euros, con todo abierto para que puedas programar o coger algo que ha programado otro. Estamos en un proyecto de un Kickstarter para fabricar un millón de robots al año a menos de 5.000 dólares”.