Frente a los ataques informáticos, sentido común
El sentido común es, como dijo el filósofo francés Voltaire, el menos común de los sentidos. Y aunque lo dijo hace más de un par de siglos, desafortunadamente parece que se sigue cumpliendo la paradoja en pleno siglo XXI, y la tecnología, ahora tan accesible para el común de los mortales, no parece acabar de resolver el problema. Es más, es precisamente en uno de los ámbitos digitales donde más faltas de sentido común se aprecian, y nos referimos a la ciberseguridad: Hacemos clic donde no debemos, descargamos apps sin garantía de confianza...
Voltaire nació demasiado pronto como para conocer Internet y la manera en que ha cambiado el mundo: la forma de relacionarnos, de trabajar, de acceder a una gran cantidad de información, sin importar las fronteras. Y aunque el filósofo conoció el dramático rebrote de la viruela en Europa durante el siglo XVIII, él y sus contemporáneos poco podían imaginar acerca del Covid-19, que es un asunto cuya prevención requiere precisamente de sentido común, como suponemos que lo requirió la viruela antes de crearse la vacuna contra ella. Desde que se decretó el estado de alarma por parte de los gobiernos, cientos de millones de personas de todo el mundo se han visto confinadas en sus domicilios mientras la tecnología y la Red han jugado un papel protagonista en la vida de todos ellos para permanecer más conectados que nunca. De hecho, durante la primera semana del estado de alarma en España, el tráfico de Internet creció un 80%. Qué iba a saber Voltaire de todo esto...
En este contexto, el aumento de exposición a internet por parte de los usuarios ha traído consigo un comportamiento online más arriesgado y, por ende, los ciberdelincuentes han aprovechado este momento para perfeccionar sus ataques, sobre todo las amenazas basadas en ingeniería social que buscan engañar al usuario para tener un rédito económico. Algo que ha obligado a las empresas a implementar medidas de seguridad para el teletrabajo. Así, desde IMF Institución Académica recomiendan la necesidad de trabajar de forma remota mediante VPN para que los empleados estén protegidos por los controles de seguridad corporativos con los que cuenta su organización, para evitar ataques.
Si hay algo claro en toda esta situación es que el COVID-19 ha obligado a modificar nuestros hábitos y rutinas diarias, y por tanto un cambio en nuestro comportamiento online. "España siempre ha sido de los países más atacados. Simplemente, esta situación del COVID-19 es ventajosa para los cibercriminales y por ello han aumentado su actividad y foco", explica R. Alcázar, tutor del máster en ciberseguridad de IMF Institución Académica.
Sentido común ante los ciberataques
Volvemos con Voltaire, que parece que lo habíamos metido con calzador (y quizá es así). Ante un inminente aumento de las amenazas en Internet, hay que prestar mucha atención para evitar caer en estafas. El experto en ciberseguridad de IMF Institución Académica señala algunas recomendaciones: "Principalmente, el uso del sentido común, y, además, valernos de alguna solución que mejore nuestra seguridad. Generalmente, somos muy confiados a la hora de pulsar sobre enlaces en correos o SMS que no esperamos o cuyo remitente no conocemos. O, incluso, solemos instalar apps de dudosa procedencia en nuestro terminal móvil con todo el riesgo que supone para toda la información que albergamos y los permisos sobre este dispositivo que podemos llegar a dar a la aplicación. También es importante no utilizar los mismos equipos para el uso personal y laboral", continúa Alcázar.
En definitiva, una vez más Internet ha demostrado su gran valía, incluso en las situaciones más complicadas, como la actual crisis por la pandemia de COVID-19. Una crisis durante la que la tecnología y la conectividad a la Red se ha convertido en la tabla de salvación de la economía, a raíz del uso del teletrabajo que muchas empresas han aplicado, o del telestudio.