Tres señales que indican que hay que cambiar de ERP
Si la tecnología que se utiliza comienza a responder más lentamente o si su funcionamiento es ineficiente, la organización deberá replantearse, cuanto antes, realizar una evaluación del rendimiento y, muy seguramente, actualizar o, incluso, cambiar el ERP con el que gestiona sus procesos.
Hay algunas señales que indican de una manera clara la necesidad de revisar los sistemas de gestión de recursos empresariales para garantizar la fiabilidad del dato, la seguridad de la información o la rapidez de respuesta. Todas ellas, cuestiones básicas para mantener la eficiencia y la rentabilidad del negocio, por un lado, y los niveles de satisfacción del cliente óptimos, por otro.
Isabel Pomar, CEO de Datisa, dice que "la tentación de retrasar el cambio, la renovación o la ampliación del ERP puede salir muy caro, no solo en términos económicos sino, también, en cuanto a coste de oportunidades. No disponer de información fiable implica, no solo mermas en los niveles de eficiencia en la operativa del día a día, sino, que aumenta innecesariamente las cargas de trabajo".
Datos duplicados y, a veces, erróneos y de difícil acceso, informes deficientes y análisis financieros incompletos suelen ser algunas de las primeras quejas que manifiestan los usuarios sobre un sistema deficiente. Desde Datisa se han identificado algunas de las principales señales de alerta sobre las que las pymes deben poner el foco a la hora de evaluar el funcionamiento eficiente de su ERP:
• Obsolescencia tecnológica. Los ERP han experimentado un importante desarrollo tecnológico desde su entrada en la escena de los negocios hace ya varias décadas. Por lo tanto, las pequeñas y medianas empresas que utilizan un sistema de este tipo basado en tecnologías, digamos, más convencionales, deberán tener en cuenta que más tarde o más temprano, acabarán danto problemas. Es importante, contar con soluciones basadas en tecnología innovadora capaz de retroalimentarse o actualizarse conforme vaya evolucionando la tecnología.
• Integración deficiente. Los ERP más antiguos se utilizaban únicamente para automatizar procesos. Sin embargo, las necesidades han cambiado y hoy, lo que buscan las pequeñas y medianas empresas son soluciones integrales que proporcionen respuestas globales, por ejemplo, a todo el ciclo comercial. En este sentido, es importante contar con aplicativos que faciliten la integración, la comunicación entre diferentes sistemas, que eviten la duplicidad de los datos o que faciliten su importación y/o exportación. Cuando la integración es deficiente o, peor aún, inexistente, el negocio puede perder credibilidad y dejar de ser competitivo.
• Encorsetamiento comercial. Dependiendo del tamaño de la empresa y de la naturaleza de su negocio, una solución en la nube puede ser más atractiva y/o rentable que una solución en local. Cualquier plataforma ERP actual debe ofrecer siempre la posibilidad de elegir entre estas dos opciones. En caso contrario, la calidad y la rentabilidad y el retorno de la inversión podrían verse afectadas.