Cloud IoT: 5 claves para convertir la nube en el cerebro de las smart cities
La nube como plataforma de servicios Cloud IoT favorecerá el desarrollo de las ciudades inteligentes, entre otras cosas por el ahorro que aporta, la garantía de disponibilidad de servicio o la posibilidad de compartir datos en abierto para desarrollar servicios.
Con 25 megaciudades en 2025 (ciudades de más de 10 millones de habitantes) y el 65% de la población mundial viviendo en núcleos urbanos para 2050 según estimaciones de la ONU, la nube configurada como plataforma de servicios IoT (Cloud IoT) se convertirá en el auténtico cerebro de las Smart Cities, apuntan desde acens, proveedor líder de servicios de Cloud Hosting, Hosting, Housing y Soluciones de Telecomunicaciones para el mercado empresarial.
La consultora Navigant Research calcula que el mercado mundial de servicios y soluciones para las ciudades inteligentes crecerá desde los 40.100 millones de dólares en 2017 hasta los 97.900 millones de dólares en 2026.
En la actualidad, la mayoría de las ciudades están desconectadas, no están orientadas al ciudadano, son ineficientes y cuentan con silos de información y proyectos puntuales de innovación –transporte, eficiencia energética, gestión de residuos, teleservicios...– que no se comparten con otros departamentos y áreas de las administraciones locales. Unas cuestiones que con el uso del Cloud IoT se podrían solucionar al poder desplegar servicios verticales a través de plataformas formuladas en capas, lo que las hace más flexibles a las demandas tecnológicas y de la ciudad.
Con motivo del Día Mundial de las Ciudades, que se celebra el 31 de octubre, y conscientes de que la nube proporciona a las smart cities amplias opciones de escalabilidad y acceso ubicuo e interoperabilidad de sistemas, acens ha recopilado las cinco claves que harán que Cloud IoT sea el cerebro de las ciudades inteligentes.
1. El almacenamiento ilimitado de datos: con una previsión de más de 25.000 millones de objetos conectados en 2020 y 40 ZB de volumen de datos, el Cloud es la solución adecuada para hacer frente a ese crecimiento exponencial de datos en las ciudades conectadas, tanto para su almacenamiento como para las copias de seguridad de la información.
2. La disponibilidad de la información en tiempo real: la posibilidad de compartir información en tiempo real y que distintitos sistemas y equipos se nutran de una fuente común de información permitirá tomar mejores decisiones conociendo todos los datos necesarios. La nube facilita la organización integrada y eficiente de todos los servicios urbanos, que permita la captura y gestión integral de información heterogénea y distribuida en entornos urbanos y su puesta a disposición, tanto del ciudadano como de los gestores públicos para la toma de decisiones.
3. Los datos abiertos para compartir: la nube favorece el conocimiento participativo, algo fundamental para el desarrollo de las Smart Cities. La posibilidad de publicar repositorios de información y datos abiertos no sólo favorece la transparencia de información hacia los ciudadanos sino que permite reutilizar y redistribuir una gran cantidad de datos para ponerlos a disposición de desarrolladores, empresas y emprendedores para que accedan a ellos mediante API para lanzar aplicaciones y servicios que aportarán valor a los ciudadanos, al tiempo que se fomenta la innovación constante en la ciudad inteligente. Ejemplo de esas iniciativas es Open Data EMT Madrid, la plataforma de datos abiertos de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid.
4. La confianza de disponibilidad: la plataforma Cloud IoT proporciona confianza en cuatro aspectos importantes para el funcionamiento de las Smart Cities: en cuestiones de seguridad frente a las amenazas de terceros; en el cumplimiento de la normativa de privacidad y el tratamiento de datos personales; en las opciones de interoperabilidad con la infraestructura existente en las ciudades; y en la disponibilidad de servicio y los datos ante una eventual catástrofe natural.
5. El ahorro de costes: en tanto que las ciudades cuentan con presupuestos ajustados, la nube ofrece interesantes ahorros financieros tanto por la capitalización de la inversión en TIC que se evita como por el modelo de pago por uso. Adicionalmente, el Cloud reduce el consumo de energía, elimina la sobrecarga de gestionar redes locales y facilita el desarrollo de servicios que pueden ser reutilizados dentro de la ciudad.