Dell y EMC se fusionan en la mayor adquisición tecnológica de la historia
La compra de EMC por Dell ha pulverizado todos los récords de cuantía en adquisiciones dentro de la industria informática, en un año en el que precisamente las cifras que se estaban moviendo en torno a fusiones ya estaban alcanzando cotas casi inéditas.
Este lunes se hacía público que el fabricante de hardware Dell había alcanzado un acuerdo con la compañía especializada en almacenamiento EMC, confirmando los rumores que habían aparecido la semana anterior, y que se habían aireado a pesar del secretismo con el que se habían desarrollado las conversaciones entre ambas partes -hasta el punto de haber varios ejecutivos de Dell que no estaban informados de las mismas, según indican en Re/Code-.
Lo más llamativo de la operación es su cuantía, que como decimos es la mayor de la historia en el sector tecnológico, al elevarse hasta los 67.000 millones de dólares (unos 59.300 millones de euros). Si en el segundo trimestre de 2015 la consultora EY reveló que el gasto total en adquisiciones y fusiones del sector había aumentado un 65% respecto del primero y un 142% interanual, sólo en esta fusión de Dell y EMC se ha alcanzado más de la mitad de los 127.200 millones de dólares totales en dicho período.
El objetivo de Dell es llevar su negocio más allá de los ordenadores personales, fortaleciendo su estrategia en el cloud computing. Tal y como explica el propio Michael Dell, la compra de EMC posibilitará la integración de tecnologías complementarias. Por otro lado, VMware, actualmente filial de EMC, seguirá cotizando como compañía independiente.
Esta adquisición, que ha sido posible gracias a la asociación de Dell con los fondos de inversión MSD Partners y Silver Lake, podría haber sido sugerida por primera vez hace 13 años por el entonces presidente y CEO del fabricante de PCs, Kevin Rollins, ante la dependencia de Dell en dicho segmento, según publicó Fortune en 2011. Entonces la operación habría costado “sólo” unos 16.000 millones de dólares, que era la valoración de EMC en 2002.