Hacía tiempo que no reseñábamos una serie en esta sección del blog. De hecho, esta reciente ficción de David Benioff, creador de Juego de tronos, es la primera serie que tratamos esta temporada. Y en cierto modo, marca una diferencia con la mayoría de lo que hemos tratado por aquí.
Durante los últimos años, y casi ya décadas, las películas y series que se han acercado a la temática de la tecnología digital y la informática han tendido a poner dicha temática, en sus diferentes vertientes, como centro principal del argumento. Es el caso de Inteligencia Artificial o Ready Player One de Spielberg, Ex – machina, The peripheral o la inmensa mayoría de los episodios de Black Mirror.
Es fácil entender que todo ello respondía a la moda o a la fascinación por una era de las llamadas nuevas tecnologías que había irrumpido en nuestras vidas de forma muy rápida y acaparadora, con internet, los smartphones y más recientemente la inteligencia artificial generativa, cambiando la manera en que hacemos muchas tareas cotidianas. Ya fuera para ensalzarlo, para denunciarlo, aprovecharlo como amenaza aterradora o parodiarlo, el tema daba mucho de sí, sobre todo en el género de la ciencia ficción.
Agotado o no este tipo de argumentos, ya ha pasado el suficiente tiempo como para que la transformación digital pase a ser asumida como algo normal, rutinario, y por lo tanto menos principal en los argumentos de ficción. La posibilidad de que se creara un sub-géreno definitivo se ha diluido un poco. Creo que El dilema de los 3 cuerpos sirve para representar ese tránsito, porque aquí la tecnología informática, consistente sobre todo en un videojuego de realidad virtual con el metaverso más realista jamás recreado, es sólo un vehículo para contar una historia en la que el porcentaje dedicado al resto de la trama es mucho mayor.
En ese sentido, creo que el episodio que probablemente más representa lo que tratamos en esta sección de reseñas del blog es el tercero, en el que no sólo se dedica más tiempo al paso de los personajes por el videojuego, sino que además tiene una ingeniosa escena consistente en un ordenador humano formado por 30 millones de soldados orientales con carteles blancos por una cara y negros por la otra, para representar complejas operaciones en código binario.
Sobre el resto de la serie ya se ha hablado en los diversos portales habituales sobre series y demás, y ya no entra en nuestra temática. En ese sentido, nos pasa como cuando hablamos por aquí de 2001, una odisea del espacio, que la parte que nos interesaba era solo la del ordenador inteligente HAL 9000. Lo cual, curiosamente, nos recuerda que lo de hablar sobre la ahora tan de moda IA ya funcionaba como argumento potente en una película de hace 56 años. Por otro lado, el interfono con el que se comunican en El problema de los 3 cuerpos con no vamos a decir quién para no hacer sopilers, me recuerda mucho a HAL 9000, no ya solo por la forma circular, sino sobre todo por la tensión psicológica de esas conversaciones intelectualmente antagonistas.
Por lo demás, la serie me ha parecido muy interesante, sin llegar a la brillantez o excelencia y con algún altibajo (en algún momento me parece un pelín lenta), pero sí lo suficientemente estimulante como para que apetezca esperar para poder ver la segunda temporada.
Nota del Pulpo: 7 / 10
P.D. jocosa (no habíamos metido gracieta en este post): ¿De verdad era necesario que el personaje del otrora Sam en Juego de tronos tuviera un carácter casi contrario al buenazo de aquella serie para tomárnoslo en serio o no confundirlo…?