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Tres grandes desafíos para las asesorías contables en la era post COVID y uno más para el futuro

Tres grandes desafíos para las asesorías contables en la era post COVID y uno más para el futuro

La crisis del coronavirus ha puesto en jaque a las asesorías contables que, por diferentes razones, se han visto desbordadas.

El incremento del trabajo en este caso no siempre ha ido acompañado de un aumento en la cifra de negocio ya que muchas de las consultas que se han recibido han estado relacionadas con la manera de gestionar los ERTES o con el cierre abrupto de los negocios.

Muchas pymes han acudido a sus asesores para buscar soluciones adaptadas a una situación inesperada. Más allá del cumplimiento normativo desde el punto de vista impositivo, las asesorías han modificado sustancialmente la prioridad de los servicios que prestan, ya que, han sido los propios clientes los que han modificado sus demandas. Es decir, si en condiciones normales las asesorías, por regla general, dedican tres cuartas partes de su tiempo a introducir datos y asientos contables, durante la crisis y los meses posteriores, dedicarán ese tiempo a asesorar a las empresas para que puedan tomar decisiones inteligentes sobre sus negocios. Introducir datos y asientos contables ha pasado a un segundo plano.

Pablo_CousoPablo Couso, Director Comercial de Datisa, dice que “las asesorías contables realmente especializadas, que aporten valor añadido y no se limiten únicamente a la introducción de datos para la presentación de impuestos, serán las que realmente saldrán reforzadas de la crisis. Es ahora cuando las pymes buscan el acompañamiento y conocimiento que necesitan para tomar decisiones inteligentes sobre su negocio. Un experto que les ayude a traducir e interpretar los datos y que facilite la decisión”.

En este sentido, desde Datisa se apuntan tres grandes desafíos para las asesorías durante los próximos meses:

·   Absorber el incremento súbito de la demanda de servicios específicos y más orientados a la consultoría y el asesoramiento que a la presentación de cuentas, impuestos o declaraciones.

·   Proporcionar asesoramiento especializado y mantenerse cerca del cliente. Ofrecer respuestas ágiles, personalizadas y, orientadas a optimizar los planes de actuación que permitan rescatar los negocios o cerrar cuando la situación económico-financiera así lo recomiende.

·   Aprender de la experiencia para diseñar un modelo de negocio en el que se ponga en valor el conocimiento más que el dato. Es paradójico porque los propios datos son la base del conocimiento, pero, la interpretación y el análisis de la información serán la clave.

Una de las lecciones que debemos obtener de la crisis es que las asesorías convencionales, entendidas del modo tradicional, como meros “apuntadores” tienen sus días contados. El valor diferencial no está en la elaboración de los apuntes contables ni en la presentación de las diferentes Declaraciones, sino en la maximización del rendimiento, en la optimización de los beneficios que se pueden obtener de la información económica que encierran los datos.

Más allá de superar los retos que presenta la crisis, las asesorías contables deberán afianzar sus procesos de digitalización para garantizar el acceso en tiempo real a toda la información contable y fiscal del negocio y para automatizar los procesos de introducción de datos. Automatización, integración, acceso y actualización serán las claves para optimizar la operativa funcional de las asesorías. Y, con ello, destinar más tiempo al análisis y la propuesta de alternativas de gestión que realmente aporten valor a sus clientes.


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